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viernes, 5 de marzo de 2010

La Financiación de la Iglesia Católica en España


Fernando Giménez Barriocanal afirma que hoy es más necesario que nunca marcar la “X” en la casilla de la Iglesia.

El vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal, Fernando Giménez Barriocanal, ha pasado ayer por los micrófonos de la Cadena COPE. En declaraciones a “La Mañana”, ha destacado la importancia que tiene el apoyo de los contribuyentes para que la Iglesia pueda hacer su labor. Sobre los datos que revelan que el número de declaraciones de la Renta a favor de la Iglesia Católica volvió a aumentar en 2009, -en total fueron unos nueve millones-, Barriocanal asegura que la sociedad entera “está de enhorabuena”.
Barriocanal ha recordado que desde la reforma del sistema de asignación tributaria, la Iglesia solo recibe siete de cada mil euros si así lo deciden los contribuyentes. Un gesto, el de marcar la casilla en la declaración, que no supone más dinero. “Ese sencillo gesto de marcar la casilla, en ningún caso va a suponer pagar más dinero, en ningún caso va a suponer que les devuelvan menos dinero, y que esta asignación es totalmente compatible con la casilla de fines sociales. Un contribuyente que tenga una cuota integra de mil euros puede destinar siete euros a la Iglesia Católica, y también si quiere”, otros siete euros a labores sociales, ha explicado. “No cuesta nada” y además, ha recordado “es anónimo”.
En este sentido, el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal ha remarcado la importancia de comprender que la Iglesia no recibe un sólo euro en cargo a los PGE para su sustento. “Es la gente la que decide eso”, ha asegurado.
Barriocanal ha recordado que en un momento de crisis, “no solo económica, sino también de valores”, como el que vivimos, la presencia de la Iglesia en la sociedad “es muy importante”, dice. En este sentido, además de su labor pastoral de atender a los sacerdotes y las necesidades de las parroquias, Fernando Giménez ha recordado la gran labor asistencia de la Iglesia Católica con los más necesitados a través de organizaciones como Cáritas.
Giménez Barriocanal ha explicado que las declaraciones que llevan marcada “la famosa cruz de la iglesia”, destinan una parte de su dinero a la Conferencia Episcopal. Allí, se gestiona ese dinero y se destina a cubrir las necesidades básicas de la Iglesia. “Atender a los sacerdotes, abrir parroquias”, y posteriormente a lo que la Iglesia predica “anunciar la buena noticia de Jesucristo, tanto en España como fuera”, dar formación a jóvenes y niños, atender a los misioneros, etc.”.
Hay que recordar que en la última declaración de la Renta, de 2009, correspondiente al IRPF de 2008, el número de declaraciones con asignación a favor de la Iglesia Católica se incrementó en 237.143. En tan sólo dos años, se ha producido un aumento de 711.975. Si tenemos en cuenta que un buen número de declaraciones son conjuntas, podemos estimar que en la pasada primavera 9 millones de contribuyentes asignaron a favor de la Iglesia Católica. Barriocanal cree que este hecho no es solo positivo para la iglesia, sino “para toda la Sociedad”.

La Iglesia de España en cifras
Barriocanal ha recordado la presencia de la Iglesia allí donde más se la necesita. Así, ha recordar que cerca de 128.000 voluntarios están en las cárceles, en hospitales, con los ancianos… Recuerda como la Iglesia sustenta a más de 15.000 niños en orfanatos y centros de tutela de la infancia, así como a cerca de 4.000 mujeres victimas de la violencia o reinsertadas de la prostitución en un total de 38 centros. Ha recordado también que la Iglesia ayuda a refugiados, inmigrantes y a cerca de 17.000 chicos que se encuentran en centro de rehabilitación de la drogadicción. “Detrás de todos estos datos, hay personas concretas”, dice. Asegura además que “lo que hace la iglesia, lo hace con la convicción de que en el rostro del que está al lado, del más necesitado, está el rostro de Jesucristo”, y recuerda que la Iglesia sigue necesitando la colaboración de todos para poder seguir haciendo el bien.