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miércoles, 3 de marzo de 2010

LA PASTORAL DE LA SALUD II, en las Parroquias


Para las Parroquias, la Pastoral de la Salud representa una prioridad dentro de los diferentes campos de trabajos pastorales que se llevan a cabo, partiendo de la base que es el propio Jesucristo quien genera esta pastoral, siendo pastor y sanador a través de su cuerpo.

Esta Pastoral, en cualquiera de sus modalidades específicas, se realiza y concreta en tres vertientes o cauces y, al mismo tiempo, complementarios y vinculados entre sí: la evangelización, o pastoral a través de la Palabra; la realización simbólica en la liturgia y en los sacramentos de lo que anuncia la Palabra de Dios; y el compromiso cristiano, que va dando cumplimiento en los diversos momentos y situaciones históricas a lo que la Palabra anuncia y a lo que los sacramentos representan.

Para las Parroquias esta Pastoral es también un esfuerzo constante de reflexión para llevarla adelante, siendo vivida y practicada responsablemente por todos y para todos los enfermos.
Por lo tanto podemos decir que para las Parroquias y los Agentes de Pastoral es la acción de todos los cristianos, que unidos en la Iglesia Universal y en sus comunidades locales, se dirigen a todos los seres humanos enfermos, para ofrecerles:

a) El sentido que el mensaje cristiano da a las realidades humanas de la vida, la salud, la enfermedad, la curación, el sufrimiento, el morir y la propia asistencia tanto a los enfermos como a sus familiares.
b) La presencia junto a los enfermos, sus familias y a cuanto les asisten, para significar con palabras, gestos y hechos que el Evangelio del amor de Dios, manifestado en Cristo, se realiza aquí y ahora mediante la liturgia y los sacramentos propios de los propios enfermos.

c) El ejercicio de la fraternidad cristiana, concretada en una asistencia humanizadora, y en la ayuda para esclarecer los problemas éticos y morales que surgen hoy en el mundo de la salud.

Y como consecuencia de esa triple acción entendemos que las Parroquias como unidad de base de acción pastoral que tiene como misión, anunciar, celebrar y vivir a Jesucristo, se deben dedicar a los enfermos, descubriendo en ellos a los miembros dolientes de la comunidad o de la feligresía, porque nos duele que nuestros hermanos sufran, y para ello los visitamos, los escuchamos, les hablamos, les acompañamos, ayudándoles a que encuentren sentido a lo que viven, a la propia enfermedad que padecen, y que sean signo de esperanza en medio del misterio del mal.

En definitiva, que a las Parroquias y a sus Agentes de Pastoral les preocupe esa persona enferma de manera total e integral, sin reducirla exclusivamente a su cuerpo, les preocupe al mismo tiempo su situación real: vivencias, reacciones, actitudes ante el dolor, vida, muerte y trascendencia.

Hay que tener muy en cuenta que los enfermos son los primeros agentes de pastoral, porque nos anuncian el acontecimiento del Cristo pascual, al ser un testigo excepcional de que a la vida sólo se llega muriendo.

Felipe Bononato Sáez
Diácono de la diócesis de Asidonia-Jerez