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sábado, 13 de marzo de 2010

Yo no lo quito


No solo no quitamos el crucifijo, sino que lo llevamos en el corazón y a nuestra vida, dando razones de nuestra esperanza.

Y parafraseando a Benedicto XVI, en sus palabras de despedida de los Estados Unidos, en el aeropuerto J. F. Kennedy de Nueva York, el 21 abril de 2008, "os alentamos a perseverar dando un gozoso testimonio de Cristo, nuestra esperanza, nuestro Señor y Salvador resucitado, que renueva todas las cosas y nos da la vida en abundancia"