La liturgia del Corpus Christi corresponde al domingo, pero concretamente en Sevilla y dos provincias más de España la siguen tradicionalmente el jueves. Y este día me sigue trayendo recuerdos a juncia esparcidas por las estrechas calles del casco antiguo y a humo de incienso y a plata de Custodia reluciente al sol y que tallara magistralmente Arfe; y al frente las autoridades eclesiásticas, las hermandades, civiles, militares y politicos. Todos juntos y revueltos. Pero en este reluciente día no todo debe ser de lujo ni esparates de vanidades, sino que el Corpus Christi debe servirnos para acercarnos más al hermano que está padeciendo necesidad, de dar y de darnos, y más en estos momentos de crisis. No hay festividad litúrgica dignamente celebrada si no se comparte tiempo, trabajo y dinero con el prójimo. No vayamos a creernos que nos salvaremos si desfilamos presuntuosamente y con la cabeza muy alta por las calles de la ciudad (para que nos miren previo saludo)o si presentamos ante el altar un cáliz de oro y pedrerías despues de haber depojado a viudas y huérfanos. Debemos aclarar que nuestra Iglesia no es un museo de oro y plata. Sería inconcebible comulgar y seguir siendo egoista,insolidario, cobarde,comodón. Cada festividad del Corpus debe ser la derrota de nuestro egoísmo, una invitación a todos los hambrientos de Dios, hambrientos de justicia, hambrientos de verdad, de solidaridad, de paz y de pan para que acudan a saciarse.Realmente vivimos en una época excesivamente competitiva, en la que solo prevalece los más fuertes, es decir, los más ricos, los más jóvenes, los más guapos, los más influyentes, los más macarras. ¿Qué se puede hacer ante el mundo de la pobreza, del dolor, de la marginación?. Desde lo alto de la bella Custodia, el Señor nos está mirando a todos, a personas y familias que viven al borde del camino, bendiciendo a los niños y a los pobres, sanando a los enfermos, dando vistas a los ciegos, sonriendo a los ancianos abandonados,convenciendo a los politicos para que eliminen esa ley sobre el aborto. Estos son los signo que desde la Custodia de Arfe se nos está dirigiendo en este día. El Corpus Christi de hoy es como poner una gran mesa por las calles de la ciudad, invitando a todos los vecinos, sobre todo a los más pobres de la ciudad, para que coman de este maravilloso pan y beban de este enriquecedor vino. Sería como una mesa gigante abastecida enteramente de amor. ¡Es el Corpus Christi la fiesta de la gran Hermandad¡. Sin olvidar lo que dijo San Cipriano "Cuando los ricos no llevan a Misa lo que los pobres necesitan, no celebran el sacrificio del Señor".
Alberto Álvarez Pérez
Diácono de la P. de San Vicente Mártir de Sevilla