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jueves, 9 de diciembre de 2010

CARTA DE ADVIENTO A LOS DIÁCONOS


El tiempo que vamos ha comenzar queridos hermanos Diáconos, debemos considerarlo como un tiempo oportuno, privilegiado para oír el anuncio de la esperanza ante nuestra liberación del pecado y de la muerte.

Adviento, una invitación a dirigir nuestros ánimos hacia una esperanza bien fundada que se aproxima, que se hace muy cercana, aunque todavía está por llegar.

A través de los grandes profetas y de Jesús haremos el camino para poder acelerar la llegada de la Humanidad Nueva, distinta, recreada con la Paz, la Justicia, la recreación de la Solidaridad, en definitiva el Amor (Caridad).

Tenemos que entender que el Dios del Adviento, es el que nos empuja siempre hacia algo que se acerca.

El Dios Cristiano es una presencia que se convierte en promesa y en esperanza para el mundo.

Vivamos por tanto esta espera con ánimo, ilusión y con el deseo que nuestro mundo pueda cambiar con el milagro del Amor entre los hombres.

El Adviento es un tiempo de señales o signos en nuestro mundo, pero los hombres no aceptan este tipo de señales porque no nos fiamos de la Palabra de Dios que sigue viva.

Si Dios naciera hoy ¿Dónde nacería?

REFLEXIÓN
¿Cómo andamos de Esperanza?
¿En que base se apoya nuestra Esperanza?
¿Qué debes cambiar de nuestro mundo?
¿Qué tendrás que ir poniendo en tu vida para que dé signos de conversión?
¿Cómo nos preparamos para recibir al Mesías?
¿No podrías ser tu mismo un Belén?


Un abrazo, vuestro hermano


Pedro Juan Álvarez Barrera
Párroco de Omnium Sanctorum de la Diócesis de Sevilla.