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jueves, 19 de mayo de 2011

El Diacono en el siglo IV



“El diácono es la imagen de toda la Iglesia. Atiende a los enfermos, se preocupa de los forasteros y ayuda a las viudas. Como un padre atiende a los huérfanos, y entra y sale de las casas de los pobres, para averiguar si no hay nadie quien haya caído en miedo, enfermedad o necesidad. Visita a los catecúmenos en sus viviendas, para animar a los que dudan y enseñar a los que no saben. Viste y embellece a los difuntos, sepulta a los forasteros, atiende a los que salieron de su tierra o fueron expulsados de ella. Hace conocer a la comunidad los nombres de los que necesitan ayuda.

Si el diácono trabaja en una ciudad que está en la orilla del mar, debe buscar cuidadosamente en toda la orilla para ver, si el cuerpo de algún náufrago ha sido arrojado a tierra. Lo debe vestir y sepultar. En el alojamiento de los forasteros debe averiguar, si hay allá enfermos, pobres o difuntos, y lo comunicará a la comunidad, para que haga por cada uno lo necesario. Los paralíticos y enfermos bañará, para que puedan respirar un poco en su enfermedad. El diácono será en todo como el ojo de la Iglesia.”


Regla eclesial Siria del siglo IV