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Testimonio de un Diácono frente a la enfermedad.
Al final de este duro día te escribo este correo como persona de enlace dentro de nuestra familia diaconal.
Las noticias de última hora, sobre las 21 h. ha venido la visita de la hematóloga, no son buenas. El tipo de linfoma es muy agresivo y, a falta de las últimas pruebas el pronóstico (punción dorsal y de médula, y peg-tag) consiste en un fuerte tratamiento de quimio durante tres semanas. La primera tanda empieza el lunes que viene. Me darán permiso el fin de semana para estar con la familia y luego a comenzar con el intenso tratamiento durante varios meses con algún período de descanso. La batalla promete ser dura pero saldré adelante con vuestras oraciones y la segura ayuda de Dios. Los diáconos estamos muy unidos al misterio del sufrimiento y el martirio, es un regalo que el Señor me ha concedido y que, con toda seguridad, irá en beneficio de mi familia, de nuestra familia diaconal y de la Iglesia y servirá para ayudar a la redención de muchas almas.
A partir de este momento no me permiten visitas-estos días han sido agotadores de tantas visitas como he tenido, por lo que doy gracias a Dios- , y las llamadas deben restringirse a lo estrictamente necesario. Si te parece nos comunicamos por este medio cuando esté en condiciones de escribirte, trataré de que sea con frecuencia. Si te parece tu transmites la información que sea necesaria-algo resumido- para que todos estén al corriente. Les dices que necesito tranquilidad y no podré contestar llamadas.
Un fuerte abrazo en Xto. resucitado.Un Diácono.