El significado y la realidad
El clero tiene que predicar la palabra, pero la predicación no es la figura de la Palabra de Dios, sino sólo su transmisión. No está el Evangelio al servicio de los predicadores, ni es tampoco una fuente de recursos y de citas para el orador sagrado; por el contrario, la predicación tiene como función introducir en el evangelio tal como éste es. Lo mismo puede decirse del catecismo y de todos los recursos de la instrucción cristiana (...)
Y lo mismo también, en otro plano, de la liturgia en general y en particular; por muy importante que sea el que el pueblo cristiano celebre de manera digna la conmemoración de la pasión de Cristo, lo esencial es (...) que encuentre a través de todas las ceremonias, por así decirlo, el sentido y la realidad de ellas, y no vea nunca la meta final en lo meramente ceremonial, por muy bello y digno que esto sea.
Hans Urs Von Baltasar
Sponsa Verbi II. P. 413
Ediciones Encuentro. Madrid 1964
