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jueves, 22 de diciembre de 2011

Lectio Divina del 24 de diciembre de 2011




 Lucas 1.26-38
A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a un pueblo de Galilea llamado Nazaret, a visitar a una joven virgen llamada María que estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José, descendiente del rey David. El ángel entró donde ella estaba, y le dijo:–¡Te saludo, favorecida de Dios! El Señor está contigo.Cuando vio al ángel, se sorprendió de sus palabras, y se preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo:–María, no tengas miedo, pues tú gozas del favor de Dios. Ahora vas a quedar encinta: tendrás un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Será un gran hombre, al que llamarán Hijo del Dios altísimo: y Dios el Señor lo hará rey, como a su antepasado David, y reinará por siempre en la nación de Israel. Su reinado no tendrá fin. María preguntó al ángel:–¿Cómo podrá suceder esto, si no vivo con ningún hombre?
El ángel le contestó: –El Espíritu Santo se posará sobre ti y el poder del Dios altísimo se posará sobre
ti como una nube. Por eso, el niño que va a nacer será llamado Santo e Hijo de Dios. También tu parienta Isabel, a pesar de ser anciana, va a tener un hijo; la que decían que no podía tener hijos está encinta desde hace seis meses. Para Dios no hay nada imposible. 
Entonces María dijo:–Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!Con esto, el ángel se fue.
 Otras lecturas2 Samuel 7.1-5, 8-12, 14,16; Salmo 89.2-5, 28, 30; Romanos 16.25-27
LECTIO:
El mensajero de Dios en la lectura de esta semana es el ángel Gabriel. Su impresionante conversación con una joven de Nazaret, María, destaca dentro del comienzo del Evangelio de Lucas.
Es comprensible que María se sienta al principio temerosa e inquieta por este encuentro. Gabriel le anuncia que va a quedar embarazada y dar a luz al Hijo de Dios.
Por su pregunta del versículo 34, María parece comprender que todo esto sucederá en breve: antes del matrimonio proyectado con José, su prometido.
Gabriel le explica que el suyo no será un embarazo corriente. Será un acontecimiento milagroso, llevado a cabo por la presencia de Dios en medio de su vida. Como señal de que nada hay imposible para Dios, el ángel le comunica que su parienta Isabel, estéril desde hace muchos años, está embarazada de seis meses.
María se da cuenta de que Dios la está llamando para una misión muy especial. Su respuesta lo dice todo: ‘Soy la esclava del Señor. ¡Que Dios haga conmigo como me has dicho!’ Pone su confianza por completo en Dios.

MEDITATIO:
■ María recibe una llamada extraordinaria de parte de Dios, que se sirve de un ángel para hablar con ella. ¿Qué medios suele utilizar Dios para hablarnos? ¿Cuándo escuchaste a Dios por última vez y qué acción emprendiste?
■ María cree en la promesa que Dios le hace y confía que Dios mismo la llevará a cabo. ¿Qué lecciones podemos aprender de su respuesta?
■ Aceptar el mensaje de Dios surte un profundo efecto en la vida de María. ¿De qué manera ha cambiado tu vida el mensaje de Dios para ti?
■ A algunas personas les resulta difícil aceptar el relato evangélico del nacimiento virginal. ¿De qué modo nos ayuda el versículo 37 a responder a todo esto?
ORATIO:
En el salmo de hoy, Sal 89.1-5, hallamos un maravilloso cántico de alabanza sobre el amor y la fidelidad de Dios. Piensa de qué manera Dios te demuestra su amor hacia ti. Piensa en cómo Dios te ha mostrado su fidelidad a lo largo de tu vida. La promesa del verso 4 se refiere a Jesús, pero también se aplica a todo aquel que le acepta como Señor. Responde a Dios dándole gracias y pídele que haga más  rotundas tu fe y tu confianza en él.

CONTEMPLATIO:
Las otras lecturas de hoy arrojan luz sobre el anuncio de Gabriel. En 2 Samuel 7, las promesas que Dios le hizo a David por medio del profeta Natán cientos de años antes se cumplen en el hijo prometido a María.
La segunda lectura procede de los últimos versículos de la carta de Pablo a los Romanos. Es una oración de alabanza a Dios por haber revelado la Buena Noticia y ser el Señor de la historia humana. Haz de estas mismas palabras tu propio himno de alabanza para glorificar a Dios

Lectio Divina de Sociedad Bíblica España
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jueves, 8 de septiembre de 2011

Lectio Divina de 8 de septiembre de 2011

LIBRE DE DEUDAS

Mateo 18:21-35

Entonces Pedro fue y preguntó a Jesús: –Señor, ¿cuántas veces he de perdonar a mi hermano, si me ofende? ¿Hasta siete? Jesús le contestó:

–No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. “Por eso, el reino de los cielos se puede comparar a un rey que quiso hacer cuentas con sus funcionarios. Había comenzado a hacerlas, cuando le llevaron a uno que le debía muchos millones. Como aquel funcionario no tenía con qué pagar, el rey ordenó que lo vendieran como esclavo, junto con su esposa, sus hijos y todo lo que tenía, a fin de saldar la deuda. El funcionario cayó de rodillas delante del rey, rogándole: ‘Señor, ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.’ El rey tuvo compasión de él, le perdonó la deuda y lo dejó ir en libertad.

“Pero al salir, aquel funcionario se encontró con un compañero que le debía una pequeña cantidad. Lo agarró del cuello y lo ahogaba, diciendo: ‘¡Págame lo que me debes!’ El compañero se echó a sus pies, rogándole: ‘Ten paciencia conmigo y te lo pagaré todo.’ Pero el otro no quiso, sino que le hizo meter en la cárcel hasta que pagara la deuda. Esto disgustó mucho a los demás compañeros, que fueron a contar

al rey todo lo sucedido. El rey entonces le mandó llamar y le dijo: ‘¡Malvado!, yo te perdoné toda aquella deuda porque me lo rogaste. Pues también tú debiste tener compasión de tu compañero, del mismo modo que yo tuve compasión de ti.’ Tanto se indignó el rey, que ordenó castigarle hasta que pagara toda la deuda.” Jesús añadió: –Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si cada uno no perdona de corazón a su hermano

Otras Lecturas: Eclesiástico 27:30 - 28:7; Salmo 103:1-4, 9-12; Romanos 14:7-9

LECTIO:
Seguimos contemplando las enseñanzas de Jesús en torno al perdón. Pedro quiere saber hasta dónde debe llegar el perdón. Por eso pregunta cuántas veces tiene que perdonar a su hermano si éste sigue pecando contra él. ¿Son suficientes siete veces? La respuesta de Jesús es ‘¡setenta veces siete!’ No se trata de tomar la cifra al pie de la letra, sino de ilustrar la generosidad de espíritu. En realidad, lo que Jesús quiere decir es: no lleves cuentas, sigue perdonando.

Para dejar más claro este tema, Jesús les propone una parábola. Un funcionario le debe al rey una enorme cantidad que no puede devolver. Pide misericordia y se ve libre de toda la deuda: borrón y cuenta nueva. Pero la historia no termina aquí. A este mismo siervo le debía una pequeña cantidad de dinero un compañero. Pero en vez de mostrar generosidad para con él, hace todo lo contrario. Insiste en que le salde

la deuda hasta el último céntimo, y acaba haciendo que lo metan en la cárcel. El rey monta en cólera al enterarse de su comportamiento, vuelve a exigirle que le pague la deuda y lo encierra en la cárcel.

El mensaje está bien claro. Nosotros somos el siervo a quien le han perdonado una suma enorme que jamás podríamos devolver. Si no somos capaces de perdonar a un hermano nuestro ni un pequeño pecado, tendremos que enfrentarnos al juicio de Dios (versículo 35).

Como cristianos, debemos estar dispuestos a perdonar sin tardanza a nuestros hermanos cristianos cuando pequen contra nosotros. De ese modo demostraremos el perdón y la misericordia de Dios para con el mundo. Sin el perdón mutuo, nuestra comunidad eclesial no puede ofrecer un testimonio digno de crédito
 
 
MEDITATIO:
■ ¿Qué nos enseña esta parábola sobre la naturaleza de Dios?

■ ¿Eres capaz de verte como si te hubieran perdonado una enorme deuda de pecado que no podías saldar? ¿Influye esto en tu buena disposición para perdonar a los demás?

■ En la parábola, el rey canceló sencillamente la deuda, pero Dios no pudo saldar nuestro pecado de aquella misma manera. ¿Cómo se pagó nuestra deuda? ¿Cuál es nuestra respuesta?

ORATIO:
En la actualidad la mayor parte de la gente ignora o disculpa sin más el pecado.

¿Cómo vemos nuestro propio pecado? Dios nos llama a la santidad. Utiliza el Salmo 51 como oración y confiésale tu pecado a Dios que es rico en misericordia.



CONTEMPLATIO:
Medita en torno a las magníficas promesas del Salmo 103.

‘Tan inmenso es su amor por los que lo honran, como inmenso es el cielo sobre la tierra.

Nuestros pecados ha alejado de nosotros, como ha alejado del oriente el occidente.’
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miércoles, 6 de julio de 2011

Lectio Divina del 10 de julio de 2011

DAR FRUTO


(Mateo 13:1-9, 18-23*)
Aquel mismo día salió Jesús de casa y fue a sentarse a la orilla del lago. Como se reunió mucha gente, subió Jesús en una barca y se sentó, mientras la gente se quedaba en la orilla. Y se puso a hablarles de muchas cosas por medio de parábolas. Les dijo: “Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; aquella semilla brotó pronto, porque la tierra no era profunda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra y dio una buena cosecha: unas espigas dieron cien granos por semilla, otras dieron sesenta y otras treinta. Los que tienen oídos, oigan.” “Oíd, pues, lo que significa la parábola del sembrador: Los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden, son como la semilla que cayó en el camino; viene el maligno y les quita el mensaje sembrado en su corazón. La semilla que cayó entre las piedras representa a los que oyen el mensaje y al pronto lo reciben con gusto, pero, como no tienen raíces, no pueden permanecer firmes: cuando por causa del mensaje sufren pruebas o persecución, fracasan en su fe. La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de este mundo les preocupan demasiado y el amor a las riquezas los engaña: todo eso ahoga el mensaje y no le deja dar fruto en ellos. Pero la semilla sembrada en buena tierra representa a los que oyen el mensaje y lo entienden, y dan una buena cosecha: son como las espigas que dieron cien, sesenta o treinta granos por semilla.”

*Esta es una forma abreviada del evangelio. El texto completo es Mateo 13:1-23

Otras Lecturas: Isaías 55:10-11; Salmo 65:9-13; Romanos 8:18-23

LECTIO:
Con frecuencia Jesús usaba parábolas, o breves relatos, para enseñar verdades profundas sobre Dios. Basaba sus parábolas en experiencias humanas cotidianas, y se refría a realidades con las que estaban familiarizados sus oyentes. Lo normal es que las parábolas tuviesen un ‘argumento’ sencillo y un único mensaje.
En nuestro texto de hoy, Jesús pinta una viva imagen del sembrador y sus semillas. Cada una de las situaciones descritas en esta parábola tiene un significado preciso. La parábola versa sobre cómo reciben la palabra de Dios diversos tipos de personas y la cosecha que se produce en cada caso.
Jesús compara a las personas con cuatro tipos de terrenos. Tres de los cuatro grupos de personas mencionadas por Jesús no permiten que la palabra de Dios produzca el fruto deseado por Dios. Las razones son diversa, pero el resultado es en definitiva el mismo. Aunque todos reciben el mensaje, no dejan que eche raíces en ellos.

Solo un grupo de personas, ‘la buena tierra’, es fecundo. Otros tipos de personas distintas producen diversas cantidades de fruto, pero sólo este grupo es realmente fecundo.
La responsabilidad del sembrador consiste en sembrar la semilla. El sembrador no sabe con qué abundancia llegará la cosecha: sólo Dios lo sabe.

MEDITATIO:
■ ¿Cómo respondes a la palabra de Dios? De los cuatro tipos de terreno, ¿cuál crees que te describe mejor? ¿Cómo te sientes en ese sentido?
■ ‘La semilla que cayó en buena tierra representa a las personas que con corazón bueno y dispuesto oyen el mensaje y lo guardan, y permaneciendo firmes dan una buena cosecha.’ Lucas 8:15. ¿Nos ayuda la descripción de la buena tierra que hace Lucas para entender mejor el pasaje? ¿Qué podemos aprender de este versículo?
■ Piensa de qué manera podrías dar más fruto en tu vida.

ORATIO:
Reflexiona sobre la escritura y respóndele a Dios humildemente en la oración. Pídele que te conceda audacia y te muestre ocasiones concretas para compartir tu fe.

CONTEMPLATIO:
La misión de tu párroco o pastor te llega gracias a su propia entrega personal. ¿De qué manera ha influido en ti su ministerio? ¿Qué has ignorado o rechazado que pueda estar reduciendo el fruto que podrías dar? ¿Qué puede cambiar tu actitud respecto a su ministerio en las próximas semanas o meses?
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viernes, 10 de junio de 2011

Lectio Divina del 12 de junio de 2011




EL DON DEL ESPÍRITU SANTO

Juan 20:19-23

Al llegar la noche de aquel mismo día, primero de la semana, los discípulos estaban reunidos y tenían las puertas cerradas por miedo a los judíos.

Jesús entró y, poniéndose en medio de los discípulos, los saludó diciendo: –¡Paz a vosotros!

Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y ellos se alegraron de ver al Señor. Luego Jesús dijo de nuevo: –¡Paz a vosotros! Como el Padre me envió a mí, también yo os envío a vosotros. Dicho esto, sopló sobre ellos y añadió: –Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonéis, les quedarán sin perdonar.

Otras Lecturas: Hechos 2:1-11; Salmo 104:1, 24, 29-31,34; 1 Corintios 12:3-7, 12-

LECTIO:

Aunque la fiesta que celebramos es el domingo de Pentecostés, que cae cincuenta días después del domingo de Pascua, nuestra lectura del evangelio de hoy se centra en un encuentro con el Espíritu Santo el mismo día en que Jesús resucitó de entre los muertos.

Es el tercer día después de la muerte de Jesús. Los discípulos temen a las autoridades judías, así que actúan con discreción y permanecen escondidos, con las puertas cerradas.

El resto del pasaje evangélico nos cuenta lo que dijo e hizo Jesús resucitado. Los saluda diciendo ‘¡Paz a vosotros!’, el saludo habitual entre los judíos. Nada les dice del suplicio que ha padecido, ni menciona que los apóstoles le hayan abandonado cuando lo detuvieron.

Les muestra las manos y el costado, que todavía llevan las marcas visibles de su crucifixión: su cuerpo resucitado aún conserva las señales de su sufrimiento. Tal vez lo que pretendía Jesús era mostrarles que era real: transformado, pero el mismo. Los signos de sus padecimientos ponían de manifiesto que no era un fantasma: estaba vivo y presente ante ellos.

Llega a continuación el encargo, la misión (versículo 21), que es prácticamente una prolongación de su propia misión de parte del Padre. Sorprendentemente, descubrimos que envía a los discípulos a ofrecer el perdón de los pecados, y no a predicar. Aunque la reconciliación con Dios por medio del arrepentimiento y del perdón es en realidad la esencia misma del Evangelio.Las otras iglesias cristianas interpretan el versículo de manera diferente, pero para la Iglesia Católica este es el fundamento de la autoridad de la Iglesia para perdonar los pecados después de haberlos confesado. Jesús no ofrece ninguna descripción de cómo ha de organizar la iglesia la absolución de los pecados. Ni hay ninguna indicación sobre el rito que ha de instituir. Lo único que dice Jesús es que si la Iglesia perdona los pecados de los hombres, también lo hará Dios. Y que si la Iglesia se lo niega, tampoco Dios perdonará los pecados.

A lo largo de su dilatada historia, la Iglesia ha administrado este sacramento de diversas maneras. Pero en todo momento se trata del don de Dios concedido a un individuo necesitado del perdón que se administra por medio de la Iglesia.

Pero antes de darles este encargo, Jesús sopla sobre los discípulos y les dice ‘Recibid el Espíritu Santo’, de tal manera que esa autoridad sólo deberá ejercerse por medio del poder del Espíritu Santo y bajo su guía.

MEDITATIO:

■Imagínate la escena: los discípulos se mantienen alejados de los ojos inquisitivos de este mundo. Están asustados. En el aire flota el miedo y, de repente, allí está Jesús, plantado en medio de ellos. Piensa en lo que tuvo que significar aquel encuentro para los discípulos.

■ Considera el paralelo entre Jesús que sopla sobre los discípulos para que recibieran el Espíritu Santo y Dios que le insufla la vida al hombre en la Creación (Génesis 2:7).

■ ¿Qué sientes ante el hecho de que Jesús le diera a la Iglesia autoridad para perdonar los pecados?

ORATIO:

Pídele al Espíritu Santo que haga brillar su luz amorosa en tu corazón y te guíe al tiempo que buscas el perdón de tus pecados, tal vez por medio de la confesión. Pueden ofrecerte ánimo estas palabras de 1 Juan 1:9: ‘Pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad’. Pídele al Espíritu Santo que te ayude a vivir una vida que sea agradable a Dios.

CONTEMPLATIO:

Lee Hechos 2:1-11 y trata de imaginar la escena en la que el Espíritu Santo bajó con poder sobre los discípulos y en un solo día se agregaron a la iglesia varios miles de personas.

Lee a continuación 1 Corintios 12 y considera la acción del Espíritu Santo hoy día en tu propia vida.
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viernes, 27 de mayo de 2011

Lectio Divina del 29 de mayo de 2011

UN DON QUE NO TIENE PRECIO (Juan 14:15-21) “Si me amáis, obedeceréis mis mandamientos. Y yo pediré al Padre que os envíe otro defensor, el Espíritu de la verdad, para que esté siempre con vosotros. Los que son del mundo no lo pueden recibir, porque no lo ven ni lo conocen; pero vosotros lo conocéis, porque él está con vosotros y permanecerá siempre en vosotros.

“No voy a dejaros abandonados: volveré para estar con vosotros. Dentro de poco, los que son del mundo ya no me verán; pero vosotros me veréis, y viviréis porque yo vivo. En aquel día os daréis cuenta de que yo estoy en mi Padre, y que vosotros estáis en mí y yo en vosotros. El que recibe mis mandamientos y los obedece, demuestra que me ama. Y mi Padre amará al que me ama, y yo también le amaré y me mostraré a él.”

Otras Lecturas: Hechos 8:5-8; Salmo 66:1-7, 16, 20; 1 Pedro 3:15-18

LECTIO:

Esta lectura de Juan nos conduce al corazón mismo de la cena de Pascua, a las instrucciones últimas de Jesús para sus discípulos y amigos más íntimos.

Jesús quiere dejar claros algunos puntos importantes de su relación con los discípulos y de lo que sucederá cuando él se marche y el Padre les envíe al Espíritu Santo.

El Espíritu Santo vendrá trayendo una garantía vital: su presencia permanente con cada uno de los discípulos (versículos 16-17). El mundo, los no creyentes, no pueden recibir al Espíritu Santo porque no pueden ni verlo ni conocerlo. Pero los discípulos sí que pueden. Al Espíritu Santo le llama ‘el otro defensor’, es decir otro además de Jesús mismo.

Son muchas las maneras en que el mundo se opone a los discípulos y a Jesús, pero Juan no profundiza aquí en ese tema.

Tampoco entra Jesús en detalles respecto a su vuelta, pero deja a los discípulos con una promesa: ‘volveré para estar con vosotros’. Así que en el versículo 18 nos promete la resurrección y la vuelta. Estos versículos revelan el profundo interés de Jesús por sus discípulos sabiendo la tormenta que se les viene encima.

Entretejida en toda esta lección de amor se encuentra la invitación de Jesús a los discípulos para que vivan el amor que le tienen. Pero sabe que necesitan toda la ayuda de la que puedan disponer. Por eso, Jesús se dirige al Padre pidiéndole el don del Espíritu Santo a favor de sus discípulos.

El Espíritu Santo ama a quienes aman a Jesús y cumplen sus mandamientos.

También actúa como defensor, auxilio y maestro, sosteniendo a los discípulos a lo largo del camino de la obediencia, en ocasiones tan difícil, a Jesús y a sus mandamientos.

Todos estos temas se entretejen formando un rico tapiz doctrinal. Y en estos pocos versículos, que forman parte de un pasaje de enseñanzas mucho más amplio, se expresan con gran sencillez y claridad ideas en ocasiones muy complejas

MEDITATIO:

■El Espíritu Santo desempeña diversos papeles, pero Jesús señala la que tal vez es la más importante, en el versículo 17: revelarles ‘la Verdad’ de Dios. Necesitamos que nos recuerden continuamente lo que es Dios en realidad, ya que nuestra visión de Dios puede distorsionarse con suma facilidad. El amor y la obediencia harán que fluya con mayor fluidez nuestro conocimiento de la naturaleza de Dios. Dedica algún tiempo a reflexionar sobre esto.

■ ¿Qué papel desempeña el Espíritu Santo en tu relación con Dios? ¿Qué haces para mantener esta relación? ¿En qué ocasiones eres más consciente de la orientación que te ofrece el Espíritu Santo?

ORATIO:

La liturgia de este domingo utiliza el Salmo 66, o parte del mismo, para cantar las alabanzas de Dios. Utiliza algunos versos del salmo para alabar a Dios, o escribe tu propio cántico de alabanza.

O, por el contrario, trata de dibujar una sencilla imagen para expresar tu alabanza.Reflexiona sobre los acontecimientos de la semana pasada. Alaba a Dios por su presencia a tu lado a lo largo de todo lo que ha sucedido, tanto lo bueno como lo malo.

CONTEMPLATIO:

¿Cuál de los temas de la enseñanza de este domingo te ha llegado al corazón o al espíritu de manera más especial? Pídele al Espíritu Santo que te muestre lo que Dios quiere que veas y de qué manera debes responder
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miércoles, 11 de mayo de 2011

Lectio Divina del 15 de mayo de 2011



ESCUCHAD AL PASTOR (Juan 10:1-10)


Jesús añadió: “Os aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que se mete por otro lado, es ladrón y salteador. El que entra por la puerta, ese es el pastor que cuida las ovejas. El guarda le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre y las ovejas reconocen su voz. Él las saca del redil, y cuando ya han salido todas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen porque reconocen su voz. En cambio no siguen a un extraño, sino que huyen de él porque no conocen la voz de los extraños.” Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Volvió Jesús a decirles: “Os aseguro que yo soy la puerta por donde entran las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí fueron ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entra será salvo; entrará y saldrá, y encontrará pastos. “El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.


Otras Lecturas: Hechos 2:14, 36-41; Salmo 23:1-6; 1 Pedro 2:20-25



LECTIO:

Para poder entender con mayor claridad este pasaje, necesitamos leer también los siguientes versículos de Juan 10:11-18. En los versículos 1-5 Jesús expone la parábola del buen pastor, y en los versículos 7-16 explica su significado.Jesús utiliza dos afirmaciones que comienzan con un ‘Yo soy’ y ambas son dos metáforas con las que se describe a sí mismo. En el versículo 7 se describe como ‘la puerta’ y en el 11 se refiere a sí mismo como ‘el buen pastor’.A quienes escuchaban a Jesús les resultaba familiar la idea de Dios como pastor y la del pueblo judío como sus ovejas. Así, al identificarse como buen pastor, Jesús se identifica también directamente con Dios y con su papel de proteger y cuidar de sus ovejas.Jesús añade que el pastor conoce a cada una de sus ovejas por su nombre y las apacienta. Las ovejas reconocen su voz y por eso salen del redil siguiéndole, sin duda en busca de pastos para alimentarse. En los versículos 11-16 Jesús alude al hecho de que un día dará la vida por su rebaño. También se refiere a ‘otras ovejas’, posiblemente los creyente de origen gentil, que se sumarán para formar un solo rebaño...Además de ser el buen pastor, Jesús se describe también como la puerta de las ovejas. La puerta es el único acceso legítimo para entrar en el redil. Sólo por medio de Jesús podemos llegar a formar parte del rebaño de Dios. Todo esto se resume en Juan 14:6: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.’ (Veremos este pasaje con más detenimiento el próximo domingo.)Jesús también compara su misión con la de los falsos profetas y ‘mesías’. Estos últimos, roban, matan y destruyen. Mediante un glorioso contraste con ellos, Jesús trae la vida: ‘vida en abundancia’ (versículo 10).



MEDITATIO:

■ ¿Por qué crees que usa Jesús estas dos metáforas para describirse a sí mismo? ¿Qué te manifiesta de él cada una de ellas?

■ ¿Qué has aprendido hoy sobre Jesús y tu relación con él?

■ ¿Ves a Jesús como tu pastor? ¿Cuándo sientes que es él quien te guía? ¿Qué alimento espiritual y qué agua te proporciona?

■ ¿Necesitas cambiar algo para poder escuchar la voz de tu pastor con mayor claridad en el futuro?



ORATIO:

El Salmo 23 es probablemente el salmo mejor conocido de todos. Reléelo, verso a verso, y utilízalo como tu oración personal ante Dios.



CONTEMPLATIO:

Reflexiona sobre este versículo de 1 Pedro 2:25, ‘Antes andabais como ovejas extraviadas, pero ahora habéis vuelto a Cristo, que os cuida como un pastor y vela por vosotros.’.
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viernes, 29 de abril de 2011

Lectio Divina del 1 de mayo de 2011



Jesús se aparece a sus discípulos

En la noche de ese mismo domingo, los discípulos se reunieron en una casa. Las puertas de la casa estaban bien cerradas, porque los discípulos tenían miedo de los líderes judíos. Jesús entró, se puso en medio de ellos, y los saludó diciendo: «¡Que Dios los bendiga y les dé paz!» Después les mostró las heridas de sus manos y de su costado, y los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús los volvió a saludar de la misma manera, y les dijo: «Como mi Padre me envió, así también yo los envío a ustedes.» Luego sopló sobre ellos, y les dijo: «Reciban al Espíritu Santo. Si ustedes perdonan los pecados de alguien, Dios también se los perdonará. Y si no se los perdonan, Dios tampoco se los perdonará.» Tomás, uno de los doce discípulos, al que le decían el Gemelo, no estaba con los otros cuando Jesús se les apareció. Cuando Tomás llegó, los otros discípulos le dijeron: ¡Hemos visto al Señor! Pero él les contestó: No creeré nada de lo que me dicen, hasta que vea las marcas de los clavos en sus manos y meta mi dedo en ellas, y ponga mi mano en la herida de su costado.Ocho días después, los discípulos estaban reunidos otra vez en la casa. Tomás estaba con ellos. Las puertas de la casa estaban bien cerradas, pero Jesús entró, se puso en medio de ellos, y los saludó diciendo: «¡Que Dios los bendiga y les dé paz!» Luego le dijo a Tomás: Mira mis manos y mi costado, y mete tus dedos en las heridas. Y en vez de dudar, debes creer. Tomás contestó: ¡Tú eres mi dueño y mi Dios! Jesús le dijo: ¿Creíste porque me viste? ¡Felices los que confían en mí sin haberme visto! La razón por la que se escribió este libro Delante de sus discípulos, Jesús hizo muchas otras cosas que no están escritas en este libro. Pero las cosas que aquí se dicen se escribieron para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que así, por medio de su poder reciban la vida eterna.



LECTIO:

El evangelista presenta la aparición de Jesús, dando cumplimiento a sus promesas del retorno. Es la hora de su exaltación y glorificación. Los discípulos tenían miedo de los Judíos y por eso estaban encerrados, pero Jesús al aparecer lo primero que les dice es un deseo de PAZ. Es importante también tener presente una pregunta: ¿cómo saber que el que se aparece como Resucitado, es el mismo que ha sido Crucificado? Pues para Juan lo relata con claridad: Jesús les mostró sus manos y su costado. Es decir, asegurando que el que había sido crucificado y sepultado, no fue robado ese cuerpo por los judíos, sino que Él mismo vive en la gloria celestial. Dimensión diferente, de nuestras realidades humanas. Venciendo la muerte, como la gran enemiga de la humanidad, se aparece como el primero llamado por el Padre a la vida de la Gloria Eterna.La alegría de los discípulos, se transformará luego en un signo permanente del encuentro con Jesús Resucitado. Reconocer que Él está vivo, en medio de ellos, tendrá como sello la alegría, la felicidad permanente.El envío: es significativo lo que Jesús dice a sus Apóstoles, Como mi Padre me envió, así también yo los envío a ustedes. Es entender que de la misma forma que el Padre lo envía, así también Jesús los envía. Es la misma misión, prolongación de la misión de Cristo, la que tendrán sus seguidores. ¿Cuál es esa misión? Primero, la recepción del Espíritu Santo y luego, el perdón de los pecados. Este poder de perdonar los pecados se expresa en el don del Espíritu que será concedido a todos los que creerán gracias a la misión de los discípulos y que se unirán a la comunidad salvífica de la IglesiaEn este sintético relato, también se cumple un don prometido, el de la recepción del Espíritu Santo, enviado por el Padre y el Hijo. Aunque seré en Pentecostés la gran manifestación del Espíritu Santo, ya lo está adelantando Jesús resucitado, como un don inefable, que sólo Él puede entregar.La duda de Tomás: En el relato, Tomás no estaba en ese momento. Duda, no cree en los discípulos y esto es el centro de la gravedad, no sólo dudar de la resurrección, sino dudar del testimonio de los discípulos. Jesús vuelve y lo primero que hace es llamar a Tomás para que vea, mire sus manos y su costado y con firmeza le dice: “en vez de dudar, debes creer”. Ante esta exhortación de convertirse en creyente, Tomás responde: Señor mío y Dios mío.Inmediatamente Jesús pronuncia una bendición especial para todos los demás creyentes posteriores: Felices los que confíen en mí sin haber visto.La confesión de Tomás, es como la gran culminación de la cristología que ha querido presentar Juan. Ya que aclama a Jesús crucificado y exhaltado como “Señor y Dios”. Tomás, es reprendido por exigir un signo antes de decidirse a creer (dichosos los que crean sin ver).

La bendición final insiste en el hecho de que la fe de los cristianos que han creído sin haber visto no se diferencia en nada de la fe de los primeros discípulos. La fe de todos ellos se fundamenta en la presencia del Señor mediada por el Espíritu.Finalmente el relato culmina con los muchos signos que realizó Jesús. Pero aclara que todo está escrito allí para que crean que Jesús es el Cristo. El signo más importante entonces es que Jesús sigue presente en medio de la Iglesia y esa es la revelación al mundo. El trabajo de los discípulos entonces es suscitar la fe en Jesús como el Mesías e Hijo de Dios, fuente de vida eterna.Podríamos culminar este momento diciendo que la síntesis de este Segundo Domingo de Pascua es “UNA NUEVA FORMA DE VIDA HA APARECIDO EN EL MUNDO DESPUÉS DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO. Se trata de la comunidad de los creyentes de los que son sus discípulos y también sus testigos en la misión. Es un estilo nuevo de vivir y lo llamamos Iglesia.



MEDITATIO:

■Preguntas para la meditación·

¿Cuáles son los miedos a vivir como discípulo del Señor? Intenta hacer una lista de tus miedos para decirle a los demás que sí eres cristiano.·

Nuestra comunidad ¿es valerosa en anunciar a Jesús como el Cristo, el Señor, el Mesías? ¿o todavía existen miedos, temores, recelos, obstáculos para ser creyentes y que se nos note? ·

¿Es nuestra comunidad como las que presentan las lecturas de hoy? ¿qué le falta a nuestra comunidad para ser discípula y misionera?·

¿soy un verdadero testigo del Señor Resucitado?·

Personalmente ¿tengo dudas de fe? ¿creo que Jesús resucitó verdaderamente?·

¿cómo influyen los programas de los medios de comunicación que pretenden hacernos creer otra cosa, como por ejemplo que todos los relatos de la resurrección no son más que fantasía? ¿nuestras comunidades se ven afectadas por estos programas? ¿los jóvenes donde nos encontramos también ven estos programas? ¿qué hacemos para poder ser verdaderos testigos y evangelizadores?·

¿Soy verdaderamente feliz? ¿dejo que los problemas sean cosas secundarias, ante la alegría de Cristo Resucitado? ¿Qué cosas opacan la verdadera felicidad del encuentro con Cristo en mi vida?· ¿Me siento enviado por el Señor, como Él envió a los Apóstoles? ¿Soy consciente de este envío?· ¿Puedo decirle con certeza al Señor: Señor mío y Dios mío? ¿Qué implica esta definición de fe para un cambio de vida?



ORATIO:

Ya hemos dicho que la Oración es la respuesta a Dios que se manifiesta. Proponemos a modo de oración volver sobre el pregón pascual que la Iglesia primitiva elaboró para la liturgia de la Vigilia Pascual.


CONTEMPLATIO:

¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje? Para el momento de contemplación, te sugerimos que elijas una frase del texto de Juan y la repitas varias veces durante esta semana. Puede ser también combinada con una frase del pregón pascual. Y culminar con una idea fundamental como una acción de gracias por creer.
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sábado, 16 de abril de 2011

Lectio Divina del Domingo de Ramos de 2011



¿QUIÉN ES ESTE?
(Mateo 21:1-11)


Cerca ya de Jerusalén, cuando llegaron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió a dos de sus discípulos diciéndoles:
–Id a esa aldea y encontraréis una asna atada y un borriquillo con ella. Desatadla y traédmelos. Si alguien os dice algo, respondedle que el Señor los necesita y que en seguida los devolverá.
Esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho el profeta: “Decid a la ciudad de Sión: ‘Mira, tu Rey viene a ti, humilde, montado en un asno, en un borriquillo, cría de una bestia de carga” Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les había mandado. Llevaron el asna y el borriquillo, los cubrieron con unas capas y Jesús montó. Había mucha gente, y unos tendían sus capas por el camino y otros tendían ramas que cortaban de los árboles. Y los que iban delante y los que iban detrás gritaban:
–¡Hosana al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas! Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó. Muchos preguntaban:
–¿Quién es este? Y la gente contestaba: –Es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea.
Otras Lecturas: Isaías 50:4-7; Salmo 22:7-8, 16-19, 22-23; Filipenses 2:6-11


LECTIO:
Comenzamos la Semana Santa con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Qué ocasión tuvo que ser aquella, cargada de imágenes simbólicas y de significado.
El punto de partida de Jesús, el Monte de los Olivos, es significativo, ya que está asociado en la escritura con la venida del Señor (Zacarías 14:4).
Mateo comienza describiendo la peculiar manera en que Jesús dispone de una asna y un borriquillo para entrar montado a sus lomos. Los discípulos siguen sus instrucciones y vuelven con los animales que, según él, habrían de encontrar (versículo 6). Mateo (versículo 4) interpreta esto como el cumplimiento de la profecía de Zacarías 9:9-10, en la que se proclama a un Rey que llega como Salvador montado en un humilde borriquillo, no con poderosos caballos y carrozas. Jesús es dueño de la situación, plenamente consciente de lo que habrán de traer consigo sus últimos días en la tierra.
La gente extiende los mantos en el camino al paso de Jesús, la manera habitual de recibir a un rey victorioso o a un personaje de categoría (2 Reyes 9:13). Gritan ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’ (versículo 9), repitiendo las palabras del Salmo 118:25-26.
Para los fariseos, la solemne entrada de Jesús no podía ocurrir en peor momento. Jerusalén estaba llena de peregrinos que habían llegado a celebrar la Pascua (Lucas 22:7). Mateo 21:10 nos dice: ‘Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la ciudad se alborotó: Muchos preguntaban: “¿Quién es este?”’
Los fariseos no aceptaban a Jesús ni sus enseñanzas y querían evitar que los demás le siguieran. Nada peor había que el recibimiento público y estruendoso de aquel héroe. Debían temer, y con razón, una intervención brutal de los romanos para restablecer el orden público. Los seguidores de Jesús creían que él era el Mesías. En cambio los dirigentes religiosos no creían en él, aunque otros muchos abrigaban sus dudas. Aun hoy día, la respuesta de la gente frente a Jesús es diversa. Esa sigue siendo la situación: ¿Quién es Jesús? ¿Un profeta, un taumaturgo, un gran maestro? ¿O el Mesías, el Hijo de Dios?



MEDITATIO:
■ ¿Quién es este?’ Esta era la pregunta crucial en el momento en que Jesús entró en Jerusalén, y sigue siéndolo para toda persona desde entonces. ¿Qué crees, y por qué?
■ ¿Qué podemos aprender de las acciones de los discípulos en este pasaje?
■ ¿Qué nos revela sobre él mismo y sobre su misión la manera en que Jesús entró en Jerusalén?


ORATIO:
Utiliza Filipenses 2:6-11 para dar gracias a Dios por su deseo de mandar a su Hijo que dejase el cielo, se hiciera hombre y muriese en la cruz por nuestros pecados. Póstrate ante él en signo de adoración y ensalza ‘el más excelente de todos los nombres’


CONTEMPLATIO:
Jesús murió para salvarte y para que puedas pasar toda la eternidad gozando en su presencia. ¿Le has invitado a que sea el Señor de tu vida? ¿Hay elementos de la enseñanza de Jesús que todavía te cueste aceptar? ¿Hay algo más que debas entregarle a Dios en este momento?

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miércoles, 23 de marzo de 2011

Lectio Divina del 27 de marzo de 2011



EL AGUA QUE DA LA VIDA
(Juan 4:5-15, 25-26, 39-42)

Llegó así a un pueblo de Samaria llamado Sicar, cerca del terreno que Jacob había dado en herencia a su hijo José. Allí estaba el pozo que llamaban de Jacob. Cerca del mediodía, Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Los discípulos habían ido al pueblo a comprar algo de comer. En esto una mujer de Samaria llegó al pozo a sacar agua, y Jesús le pidió: –Dame un poco de agua.
Pero como los judíos no tienen trato con los samaritanos, la mujer le respondió: –¿Cómo tú, que eres judío, me pides agua a mí, que soy samaritana?
Jesús le contestó: –Si supieras lo que Dios da y quién es el que te está pidiendo agua, tú le pedirías a él, y él te daría agua viva.
La mujer le dijo: –Señor, ni siquiera tienes con qué sacar agua y el pozo es muy hondo: ¿de dónde vas a darme agua viva? Nuestro antepasado Jacob nos dejó este pozo, del que él mismo bebía y del que bebían también sus hijos y sus animales. ¿Acaso eres tú más que él?
Jesús le contestó: –Los que beben de esta agua volverán a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré, jamás volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré brotará en él como un manantial de vida eterna.
La mujer le dijo: –Señor, dame de esa agua, para que no vuelva yo a tener sed ni haya de venir aquí a sacarla. Dijo la mujer: –Yo sé que ha de venir el Mesías (es decir, el Cristo) y que cuando venga nos lo explicará todo.
Jesús le dijo: –El Mesías soy yo, que estoy hablando contigo.
Muchos de los que vivían en aquel pueblo de Samaria creyeron en Jesús por las palabras de la mujer, que aseguraba: “Me ha dicho todo lo que he hecho.” Así que los samaritanos, cuando llegaron a donde estaba Jesús, le rogaron que se quedara con ellos. Se quedó allí dos días, y muchos más fueron los que creyeron por lo que él mismo decía. Por eso dijeron a la mujer: –Ahora ya no creemos solo por lo que tú nos contaste, sino porque nosotros mismos le hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo.

Otras Lecturas: Éxodo 17:3-7; Salmo 95:1-2, 6-9; Romanos 5:1-2, 5-8

LECTIO:
Hoy asistimos, junto al pozo de Jacob, a la conversación de Jesús con una mujer samaritana. Juan es el único evangelista que nos cuenta este importante encuentro.
Los judíos tenían una opinión muy negativa de los samaritanos. En aquellos momentos, no habría sido culturalmente aceptable que un hombre estuviera a solas con una mujer, como no fuera su esposa o un miembro de la familia. Por eso resultaba doblemente extraño que Jesús hablase a solas con aquella samaritana.
La de aquella mujer había sido una vida dura, y en aquel momento estaba viviendo con un hombre que no era su marido. Puede que sus anteriores maridos se hubieran divorciado de ella, algo que resultaba muy fácil, ya que bastaba con escribir una carta de divorcio, y el matrimonio era ya historia pasada…
Pero las palabras de Jesús la impresionaron y el conocimiento que tenía de su vida la dejó desconcertada. Al instante, aceptó el ofrecimiento del agua de vida eterna. Incapaz de conservar para sí sola aquel increíble encuentro, corrió a decirle a la gente del pueblo que fueran a conocer a Jesús.
MEDITATIO:
■Aquella mujer había sido objeto de malos juicios y de rechazo a lo largo de su vida. Jesús decide hablar con ella a solas. ¿Qué nos manifiesta este hecho sobre el respeto Jesús muestra hacia ella como persona? ¿Qué podemos aprender de todo ello?
■ Lo más probable es que la gente de su pueblo despreciara a aquella mujer. ¿Por qué crees que Jesús decidió manifestarse a ella como Mesías?
■ Prepara tu propia respuesta al ofrecimiento que Jesús te hace del agua de la vida.
■ ¿De qué manera puedes invitar a otros a que conozcan a Jesús?
ORATIO:
Cada vez que oramos podemos mantener una conversación personal con Jesús lo mismo que la mujer samaritana. Dios te ama y se cuida de ti, sea cual sea tu situación.
Ábrele el corazón a Dios en la oración ahora mismo. El agua viva –la vida que ofrece Jesús- también es para ti.
CONTEMPLATIO:
Jesús conoció a esta mujer junto al pozo. Siéntate y ten cerca de ti un vaso de agua y deja que Dios te hable a medida que te la vas bebiendo, sorbo a sorbo.
Pasa algún tiempo reflexionando cuál es el verdadero culto que busca Jesús (versículo 23)..
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miércoles, 16 de marzo de 2011

Lectio Divina del 20 de Marzo de 2011



EL ELEGIDO DE DIOS

Mateo 17:1-9
Seis días después, Jesús tomó a Pedro y a los hermanos Santiago y Juan, y los llevó aparte a un monte alto. Allí, en presencia de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Su rostro brillaba como el sol y sus ropas se volvieron blancas como la luz. En esto vieron a Moisés y Elías conversando con él. Pedro dijo a Jesús: –Señor, ¡qué bien que estemos aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.
Mientras Pedro hablaba los envolvió una nube luminosa. Y de la nube salió una voz, que dijo: “Este es mi Hijo amado, a quien he elegido. Escuchadle.” Al oír esto, los discípulos se inclinaron hasta el suelo llenos de miedo. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo: –Levantaos, no tengáis miedo. Entonces alzaron los ojos y ya no vieron a nadie más que a Jesús.
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: –No contéis a nadie esta visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado.
Otras lecturas: Génesis 12:1-4; Salmo 33:4-5, 18-20, 22; 2 Timoteo 1:8-10

LECTIO:
Jesús elige a sus tres primeros discípulos –Pedro, Juan y Santiago- para que suban a un monte a orar con él. Y los discípulos contemplan algo portentoso.
Lo primero que notan es cómo brilla el rostro de Jesús. Se fijan luego en sus ropas, que se han vuelto blancas como la luz. Por último, le ven hablando con Moisés y con Elías.
La aparición de estos dos hombres, figuras capitales de la historia de Israel, es significativa. Moisés fue quien condujo el éxodo del pueblo de Dios, sacándolo de la esclavitud de Egipto. Y muchos judíos esperaba que el profeta Elías volviese antes de la venida del Mesías.
Según el relato de Lucas (Lucas 9:31) los profetas hablan con Jesús de la manera inmediata en que va a dar cumplimiento a los planes de Dios por medio de su muerte (o ‘éxodo’, significado literal de la palabra que utiliza Lucas) en Jerusalén. Jesús llevará a cabo el plan salvífico de Dios para con la humanidad, trayendo una liberación eterna.
Puede que esta experiencia sobrecogedora diera ánimos a Jesús. Tenía por delante muchos días de prueba, días que habrían de acabar con su muerte en la cruz. La nube luminosa revela la presencia de Dios a la vez que vela su gloria. Igual que en el bautismo de Jesús, Dios habla. Y afirma que Jesús es su Hijo, a quien él ha elegido. Pero esta vez, Dios añade una instrucción para los discípulos: ‘Escuchadle’.
Este acontecimiento, junto con los milagros y las enseñanzas que lo acompañan, debería haber iluminado a los discípulos. Pero todavía les queda un largo camino por recorrer junto a Jesús. De hecho, sólo después de verlo resucitado entenderán realmente quién era y cuál la misión que Dios le había encomendado en la tierra.

MEDITATIO:
■ ¿Qué tipo de sentimientos o emociones crees que experimentaron los discípulos?
■ Dios dice de Jesús: ‘Este es mi Hijo amado, a quien he elegido. Escuchadle’ ¿Qué crees que entendieron los tres discípulos de estas palabras?
■ ¿Por qué crees que Jesús les mandó que no contaran aquella visión a nadie hasta que no vieran al Hijo del Hombre resucitado de entre los muertos?
■ ¿En qué otras ocasiones anteriores se había manifestado Dios oculto por una nube?

ORATIO:
‘La palabra del Señor es verdadera; sus obras demuestran su fidelidad.
¡Que tu amor, Señor, nos acompañe, tal como esperamos de ti!’ Salmo 33:4, 22
¿En qué medida te resulta fácil escuchar a Dios? Lee entero el Salmo 33. Puede que tan sólo quieras centrarte en unos cuantos versos como los de arriba. Pídele a Dios que te hable. Y luego, dale tu respuesta mediante la oración.

CONTEMPLATIO:
‘Dios nos ha salvado y nos ha llamado a ser un pueblo santo, no por lo que nosotros hayamos hecho, sino porque ese fue su propósito y porque nos ama en Cristo Jesús.’ 2 Timoteo 1:9.
En la lectura de 2 Timoteo 1:8-10, el apóstol Pablo nos anima a no avergonzarnos de dar testimonio a favor de nuestro Señor sufriendo por causa del Evangelio. Considera cuál es tu respuesta a esta exhortación.

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martes, 8 de marzo de 2011

Lectio Divina del 13 de marzo de 2011


VENCER LA TENTACIÓN

Mateo 4:1-11


Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo le pusiera a prueba. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer, y después sintió hambre. Se acercó el diablo a Jesús para ponerle a prueba, y le dijo: –Si de veras eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes. Pero Jesús le contestó: –La Escritura dice: ‘No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que salga de los labios de Dios.
’Luego el diablo lo llevó a la santa ciudad de Jerusalén, lo subió al alero del templo y le dijo: –Si de veras eres Hijo de Dios, échate abajo, porque la Escritura dice: ‘Dios mandará a sus ángeles que te cuiden. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con ninguna piedra.’ Jesús le contestó: –También dice la Escritura: ‘No pongas a prueba al Señor tu Dios.’
Finalmente el diablo le llevó a un monte muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y su grandeza le dijo: –Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras. Jesús le contestó: –Vete, Satanás, porque la Escritura dice: ‘Adora al Señor tu Dios y sírvele solo a él.’ Entonces el diablo se apartó, y unos ángeles acudieron a servirle.


Otras lecturas: Génesis 2:7-9, 3:1-7; Salmo 51:1-4, 10-12, 15; Romanos 5:12-19


LECTIO:Los acontecimientos que hoy leemos tuvieron lugar a comienzos del ministerio de Jesús y se desarrollaron según los planes de Dios, tal como nos dice el versículo 1.
El Espíritu Santo conduce a Jesús en su misión divina hasta el desierto. Permanece allí durante cuarenta días y ayuna durante todo ese tiempo. En el Antiguo Testamento, ‘cuarenta’ es un número significativo y hace referencia a un tiempo de preparación.
Recuerda cómo Moisés ayunó durante cuarenta días en el monte Sinaí (Éxodo 34:28), o los cuarenta años que pasaron los israelitas en el desierto antes de entrar en la Tierra Prometida (Deuteronomio 8:2-3, 29:5-6).
Mateo solamente menciona tres tentaciones concretas. En la primera, el Diablo tienta a Jesús para que utilice sus poderes sobrenaturales a fin de satisfacer sus propias necesidades físicas. Jesús le rechaza, identificándose con nosotros: necesitamos algo más que la sola comida material. Las implicaciones son más que evidentes: también necesitamos el ‘alimento espiritual’ que procede de Dios.
A continuación, el Diablo tienta a Jesús para que demuestre su naturaleza divina tirándose desde lo alto del templo para que Dios envíe a sus ángeles a rescatarlo.
Por último, se ofrece a entregarle a Jesús el poder sobre las naciones si le adora. Es cierto que Jesús ha venido a salvar a su pueblo del poder del Diablo, pero no de aquella manera.
Los tres ejemplos ilustran el núcleo de cualquier tentación: el deseo de dejar de lado a Dios, de considerarle como algo secundario y superfluo, de apoyarse tan sólo en la propia fuerza para arreglar el mundo sin Dios.
Aun cuando recurra a la Escritura misma (Salmo 91:11-12), los astutos engaños del Diablo no engañan a Jesús, que rechaza cada tentación usando también la Escritura: las citas son, sucesivamente, de Deuteronomio 8:3, 6:16 y 6:13.La interpretación legítima de un pasaje de la Escritura debe ser coherente con el resto de la misma.
La esencia de toda tentación consiste en ofrecer una alternativa atrayente frente a la manera en que Dios hace las cosas. Y esto vale tanto para Jesús como para nosotros.


MEDITATIO:
■ ¿Qué le ayudó a Jesús a vencer las tentaciones? ¿Qué lecciones podemos aprender que nos ayuden a vencer las tentaciones con las que nos enfrentamos?
■ ¿Qué crees que quiere decir Jesús cuando cita el Deuteronomio 8:3 en el versículo 4? ¿Consideras la palabra de Dios como parte esencial de tu alimento cotidiano? ¿De qué manera dejas que te nutra la palabra de Dios?
■ ¿A qué tentaciones tienes que enfrentarte en tu vida diaria?


ORATIO:
‘Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel! Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; Sostenme con tu espíritu generoso.’ Salmo 51:10, 12
El Salmo 51 nos ofrece una manera de presentarnos a Dios con arrepentimiento para pedirle perdón. Lee el salmo entero y deja que tu oración llegue hasta Dios.


CONTEMPLATIO:
Al comenzar este periodo de cuaresma, dirigimos nuestras miradas hacia la victoria de Jesús en la cruz frente al pecado para que podamos disfrutar de la salvación. Medita estas palabras admirables de Romanos 5:15-17: ‘…pero el don que hemos recibido gratuitamente de Dios…es mucho mayor… aquellos a quienes Dios, en su gran bondad y gratuitamente, hace justos reinarán en la nueva vida por medio de un solo hombre: Jesucristo.’
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viernes, 4 de marzo de 2011

Lectio Divina del 6 de Marzo de 2011


CONSTRUID CON SABIDURÍA

Mateo 7:21-27


“No todos los que me dicen ‘Señor, Señor’ entrarán en el reino de los cielos, sino solo los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Aquel día muchos me dirán: ‘Señor, Señor, nosotros hablamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros.’ Pero yo les contestaré: ‘Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, malhechores!’ “Todo el que oye mis palabras y hace caso a lo que digo es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía sus cimientos sobre la roca. Pero todo el que oye mis palabras y no hace caso a lo que digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos, y la casa se derrumbó. ¡Fue un completo desastre!”

Otras lecturas: Deuteronomio 11:18, 26-28, 32; Salmo 31:1-3, 16, 24; Romanos 3:21-25, 28


LECTIO:
El evangelio de este domingo señala el final de la enseñanza de Jesús en el Sermón de la Montaña. Resulta práctico fijarse en los versículos anteriores. En Mateo 7:13-14 Jesús enseña que podemos optar por dos tipos de puertas: la una es estrecha y da a un camino angosto y difícil, y la otra es ancha y fácil. La mayoría escoge el camino fácil, pero conduce al infierno. Sólo unos pocos encuentran la senda que conduce al cielo. A esta imagen sigue otra (versículos 15-20), centrada en dos tipos de árboles, explicando que el buen discípulo es el que da buenos frutos.

En el texto de hoy prosigue el mismo tema. Jesús deja claro que el estilo de vida cristiano se reduce a una sencilla elección: la obediencia. No basta con leer o escuchar sin más la enseñanza de Jesús. La señal de un buen discípulo es hacer lo que Dios nos pide que hagamos (versículos 21 y 24).

Jesús habla de un Día del Juicio para todos, incluidos los cristianos, al final de los tiempos. No era una idea original en tiempos de Jesús, pero lo que él quiere es que todo el mundo entienda la importancia de ser discípulo hasta el desenlace final. Jesús manifiesta que él mismo es el juez que tomará la decisión final sobre quién entra en el cielo y quién no.

Lo que nos tranquiliza es que las apariencias externas pueden ser engañosas. Puede que algunos parezcan haber hecho cosas sorprendentes por Dios, pero Jesús ve en el interior de las personas. Ve sus verdaderas motivaciones y si han llevado a la práctica en sus vidas la enseñanza de Jesús.

Volvemos a las decisiones. ¿Quién hace la elección sensata? El que construye sabiamente sobre la roca no verá las tormentas de la vida arrasar lo que ha edificado. ¿Y cómo aprende dónde y qué debe construir? De la misma manera que Jesús: escuchando a Dios y siguiendo en obediencia sus orientaciones.


MEDITATIO:
■ Según Jesús, ¿qué es lo que hace sabio a un hombre? ¿En qué medida consideras que eres sabio y aplicas ese criterio?
■ ¿Cuáles crees que son los cimientos de la fe cristiana? ¿Qué importancia tienen en tu vida diaria?
■ Jesús deja claro que cabe esperar que haya ‘tormentas’ en nuestras vidas. ¿Ha habido alguna tormenta o contratiempo que haya puesto a prueba tu fe: un revés inesperado, la pérdida del empleo o cualquier otro acontecimiento?
■ ¿Qué mantiene firme tu fe en los momentos de prueba?


ORATIO:
Lee Romanos 3:21-25 y 28. Estos versículos nos recuerdan que la salvación es un don gratuito de Dios, basado enteramente en su gracia, y hecho posible mediante la muerte y resurrección de Jesús.

Vivir nuestras vidas en la obediencia a la misericordia de Dios es la respuesta de un verdadero discípulo. Pídele a Dios que te ayude a obedecerle y a vivir una vida que le agrade.

CONTEMPLATIO:
Dice Jesús: ‘El que me ama hace caso a mi palabra; y mi Padre lo amará, y mi Padre y yo vendremos a vivir con él (Juan 14:23). Dedica algún tiempo a reflexionar sobre este versículo.
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miércoles, 23 de febrero de 2011

Lectio Divina del 27 de febrero de 2011


¿A QUIÉN SERVÍS?

Mateo 6:24-34
“Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y al dinero.
“Por tanto, os digo: No estéis preocupados por lo que habéis de comer o beber para vivir, ni por la ropa con que habéis de cubrir vuestro cuerpo. ¿No vale la vida más que la comida y el cuerpo más que la ropa? Mirad las aves que vuelan por el cielo: ni siembran ni siegan ni almacenan en graneros la cosecha; sin embargo, vuestro Padre que está en el cielo les da de comer. Pues bien, ¿acaso no valéis vosotros más que las aves? Y de todos modos, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora?

“¿Y por qué estar preocupados por la ropa? Mirad cómo crecen los lirios del campo: no trabajan ni hilan. Sin embargo, os digo que ni aun el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¿no os vestirá con mayor razón a vosotros, gente falta de fe? No estéis, pues, preocupados y preguntándoos: ‘¿Qué vamos a comer?’ o ‘¿Qué vamos a beber?’ ó ¿Con qué nos vamos a vestir?’ Los que no conocen a Dios se preocupan por todas esas cosas, pero vosotros tenéis un Padre celestial que ya sabe que las necesitáis. Por lo tanto, buscad primeramente el reino de los cielos y el hacer lo que es justo delante de Dios, y todas esas cosas se os darán por añadidura. No estéis, pues, preocupados por el día de mañana, porque mañana ya habrá tiempo de preocuparse. A cada día le basta con sus propios problemas.

Otras Lecturas: Isaías 49:14-15; Salmo 62:1-2, 5-8; 1 Corintios 4:1-5

LECTIO:
En este pasaje Jesús parece estar diciéndonos: ‘dime lo que te preocupa y te diré quién es tu amo’. En otras palabras, si te inquietas excesivamente por tus preocupaciones diarias, entonces es que son ellas las que te dominan.
Jesús dice con mucha claridad que tenemos que hacer una elección: podemos servir a Dios o podemos servir al dinero y a los afanes de cada día, pero no podemos servir a ambos. Si nos dejamos guiar por la fe en Dios, el único ‘amo’ que realmente importa en este mundo, entonces los afanes diarios pierden su poder.
Jesús también nos recuerda la naturaleza de Dios. Es el Dios de la creación, el que sostiene la vida. Crea flores hermosas que están hoy aquí y al día siguiente no existen. Da de comer a las aves del cielo. Si se ocupa de los pájaros y de las plantas, cuánto más se ocupará de los hombres, a los que creó a su imagen. Haciéndose eco de la frase inicial de la oración que nos enseñó (Mateo 6:9-15), Jesús se refiere dos veces a Dios como ‘vuestro Padre del cielo’. Esta expresión combina dos ideas importantísimas: en primer lugar, la relación que se nos invita a tener con Dios es como la de un padre y un hijo. Pero, a diferencia de los padres de este mundo con todas sus limitaciones, nuestro padre espiritual está en el cielo, perfecto y todopoderoso.
Dios comprende plenamente que, como humanos, tenemos necesidad de comida, bebida y vestido. La Escritura también nos enseña que debemos satisfacer esas necesidades nuestras, y ocuparnos de quienes no pueden hacerlo por sí mismos. Si la gente pasa hambre, no es porque Dios les falle. Hay en el mundo suficiente comida para alimentar a todos, pero la codicia y el egoísmo humanos significan que no está distribuida con justicia, y eso es un crimen contra la providencia

MEDITATIO:
■ ¿Vuelve a leer el pasaje evangélico de este domingo e imagínate a Jesús hablándote directamente a ti. Lo que te dice Jesús ¿afecta a tu manera de sentir? ¿En qué sentido? ¿Qué necesitas hacer?
■ ¿Cómo sabemos lo que Dios exige de nosotros en términos prácticos? ¿Y cómo mantenemos firmes nuestros objetivos?.

ORATIO:
Lee el Salmo 62 y utilízalo como punto de partida para tu propia oración.
Piensa en la manera en que Dios ha satisfecho tus necesidades por distintos medios durante tu vida, y dale gracias por ello. Preséntale con toda sinceridad cualquier preocupación que tengas.

CONTEMPLATIO:
Considera a Dios como tu padre del cielo. Recuerda su amor y su ternura y la maravillosa promesa que le hace a su pueblo en Isaías 49:15: ‘… yo no te olvidaré.’.


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jueves, 17 de febrero de 2011

Lectio Divina del 20 de febrerode 2011


CAMINAD EN EL AMOR.

Mateo 5:38-48
“Habéis oído que antes se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente.’ Pero yo os digo: No resistáis a quien os haga algún daño. Al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la túnica, déjale también la capa. Y si alguien te obliga a llevar carga una milla, ve con él dos. Al que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda a quien te pida prestado.


“También habéis oído que antes se dijo: ‘Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.’ Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos. Porque si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¡Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así! Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¡Hasta los paganos se portan así! Vosotros, pues, sed perfectos, como vuestro Padre que está en el cielo es perfecto.

Otras Lecturas: Levítico 19:1-2, 17-18; Salmo 103:1-4, 8, 10, 12-13; 1 Corintios 3:16-23

LECTIO:
Jesús abre este pasaje centrando la atención en una doctrina del Antiguo Testamento (Éxodo 21:12-27 y sus textos paralelos en el Levítico). Jesús quiere contrastar las directrices trazadas en la Ley, la Torah, con una actitud y una manera de actuar nuevas.

La ley establecía que el grado de la compensación debía ser igual al daño infligido: un ojo por un ojo, etc. Jesús indica a sus discípulos una manera nueva de ver las cosas, en la que la generosidad es la norma.

Para este tipo de comportamiento, que va más allá de las expectativas humanas, Jesús pone a Dios como modelo. Tenemos que imitar a Dios, que es perfecto (versículo 48). Dios no hace distinciones entre buenos y malos y derrama sus bendiciones sobre la humanidad entera. De esta manera muestra Dios su perfección.

La Torah exige que el pueblo de Dios sea santo y perfecto como lo es él mismo Dios (véase la lectura del Levítico de este domingo). En la lectura del evangelio, Dios pide a su pueblo que resuelvan los pleitos, que eviten las rencillas y que amen a los demás como a sí mismo. Qué lugar tan distinto sería este mundo si todos viviéramos así. Ese es precisamente el reto que nos lanza Jesús: seguid mi ejemplo.

MEDITATIO:
■ ¿Quién influye en tu comportamiento respecto a los demás? ¿Dios ó el mundo’?
■ ¿Qué lecciones podemos aprender de este pasaje respecto a los valores del reino? ¿Con qué medidas prácticas podemos aprender a vivir el camino del reino en estos momentos?
■ ¿Te has visto alguna vez en una situación –puede que incluso en una iglesia- en la que nadie te hable? Las palabras de Jesús en el versículo 47 nos desafían a ser cordiales con los demás. A lo largo de la semana, busca ocasiones en las que puedas dirigir una palabra cordial a alguien.

ORATIO:
‘Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas mis maldades…’ ‘No nos da el pago que merecen nuestras maldades y pecados’.
Salmo 103:2-3, 10 Da gracias a Dios por darte muestras de su gracia y su misericordia. Si hay alguien a quien debas perdonar o a quien te resulte difícil amar, pídele a Dios que te ayude a hacerlo. Recordar el perdón de Dios para contigo puede ayudarte.
El pasaje de hoy nos da instrucciones especiales para que recemos por nuestros perseguidores. Puede que alguien haya sido desconsiderado para contigo o te haya hecho daño. Tráelos a la presencia del Señor y pídele a Dios que te enseñe a orar por ellos.

CONTEMPLATIO:
Considera las ocasiones en que Jesús nos da ejemplo de amor al enemigo como a si mismo, y de ofrecer la otra mejilla’.


¿Cuál es la verdadera sabiduría? Lee 1 Corintios 3:16-23 y descubre lo que Dios considera sabio.
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sábado, 12 de febrero de 2011

Lectio Divina del 13 de febrero de 2011


1 – LECTURA
Yo les aseguro que si ustedes no son más obedientes que los fariseos y los maestros de la Ley, nunca entrarán en el reino de Dios. »Recuerden que hace mucho tiempo Moisés dijo: “No maten, pues si alguien mata a otro, será castigado”. Pero ahora yo les aseguro que cualquiera que se enoje con otro tendrá que ir a juicio. Cualquiera que insulte a otro será llevado a los tribunales. Y el que maldiga a otro será echado en el fuego del infierno. »Moisés también dijo: “No sean infieles en su matrimonio”. Pero ahora yo les aseguro que si un hombre mira a otra mujer con el deseo de tener relaciones sexuales con ella, ya fue infiel en su corazón. »En ese mismo tiempo, Moisés también enseñó: “No usen el nombre de Dios para prometer lo que no van a cumplir”. Pero ahora yo les digo a ustedes que, cuando prometan algo, no hagan ningún juramento. No juren por el cielo, porque es el trono de Dios ni juren por la tierra, porque Dios gobierna sobre ella. Tampoco juren por Jerusalén, pues esta ciudad pertenece a Dios, el gran Rey Nunca juren por su vida, porque ustedes no son dueños de ella Si van a hacer algo digan que sí, y si no lo van a hacer digan que no. Todo lo que digan de más viene del diablo.

2 – MEDITACIÓN. ¿Qué me dice Dios hoy a mí, a través del texto?
· ¿Soy obediente a Jesús y a sus mandamientos? ¿Busco cumplir las enseñanzas de Jesús en mi vida?
· ¿Imito a los que no hacen el bien? ¿"Mato" a mis hermanos con la indiferencia o con el maltrato?
· ¿Me enojo violentamente con los demás?
· ¿He caído en la tentación de maldecir a alguna persona?. ¿Insulto a las personas?
· ¿Desprecio a los que no son como yo? ¿Miro con pureza de corazón a los demás?
· ¿En mis relaciones con las demás personas soy respetuoso, cuidadoso de procurarles siempre el bien?
· ¿Busco preparar mi corazón para el día de mañana formar una familia y un matrimonio que sea fiel?
· ¿He jurado por Dios o por cualquier otra realidad de mi vida?
· ¿He jurado en falso y engañando a los otros?
· ¿Soy responsable y cumplidor cuando he dado mi palabra en algún compromiso concreto?

3 – ORACIÓN. ¿Qué le digo a Dios a partir del texto?
Este texto, como hacemos siempre en el ejercicio de Lectio Divina debe inspirarnos para orar. Y la oración es nuestra respuesta al Señor
Primero hagamos un silencio profundo, repasando la lectura del Evangelio…
Podríamos decirle desde nuestro corazón:
Padre Santo, te damos gracias porque Tú siempre buscas nuestra felicidad.
Nosotros no siempre estamos atentos a tus mandamientos y por ese motivo, fallamos. A veces nos confundimos y queremos encontrar la felicidad por otros caminos que no son los que Tú nos Señalas.
Padre Santo, te pedimos que abras nuestro duro corazón a las enseñanzas de tu Hijo, Nuestro Señor Jesús. Que entendamos que él nos reprende cuando hacemos las cosas que nos llevan por un camino lejano de ti.
Que no sólo conozcamos tu Evangelio, que es Buena Noticia en nuestras vidas, sino que aprendamos a vivirlo con plenitud.

4 – CONTEMPLACIÓN. ¿Cómo voy a interiorizar el texto?
La contemplación de este texto del Evangelio nos debe llevar como de costumbre a señalar, a seleccionar una frase que me haya llamado la atención.
Podemos tomar la frase con que comienza el texto:
Yo les aseguro que si ustedes no son más obedientes que los fariseos y los maestros de la Ley, nunca entrarán en el reino de Dios.
A partir de esta frase, dialogar con el Señor sobre nuestra obediencia y también sobre nuestra desobediencia. Que Él nos ayude en el camino de la verdad para encontrar nuestra felicidad.
Podemos culminar este momento diciéndole:
Señor, sólo si vivo como Tú me pides, seré feliz.

5 – ACCIÓN. ¿A qué me comprometo? ¿Qué va a cambiar en mi vida?
Si estoy sólo sería oportuno volver a leer el texto del Evangelio y plantearme entonces sobre la obediencia a Dios, el enojo, el matrimonio y las promesas. ¿Cómo las vivo yo?
Si estamos en grupo podemos dialogar sobre:
· ¿Cómo "mata" la sociedad de hoy a las personas y a las familias?
· ¿Cómo puedo yo "matar" a las demás personas?
A partir de las preguntas hacer un compromiso concreto y puntual.
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sábado, 5 de febrero de 2011

Lectio Divina del día 6 de febrero de 2011



1 - LECTURA
¿Qué dice el
texto? La sal y la luz del mundo
»Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para aumentar su calor. Si la sal pierde esa capacidad, ya no sirve para nada, sino para que la tiren a la calle y la gente la pisotee.
14 »Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo.

2 – MEDITACIÓN. ¿Qué me dice hoy a mí, el texto?
· ¿Qué puede significar hoy para mí, en mi vida concreta ser sal para todos los demás?
· ¿Estoy consciente que el Señor me pide ser sal para evitar que el mundo se pudra?
· ¿En qué medida veo podredumbre en el mundo que me rodea? ¿cómo puedo evitar esto?
· ¿Le doy sabor a la vida de los demás? ¿Qué puedo hacer para mejorar en este aspecto?
· ¿Siento cómo Jesús hoy me llama a ser la luz de todos mis hermanos?
· ¿Soy luz para los demás? ¿En qué cosas sí, y en qué cosas me falta crecer para ser luz?
· ¿Me dejo iluminar por Jesús para ser un auténtico discípulo?
· ¿Llevo la luz de Cristo a los demás? ¿Ilumino todas sus situaciones?
· ¿Doy testimonio de discípulo realizando buenas acciones? ¿Cuándo los demás me ven a mí y observan mi vida y mi conducta, alaban a Dios?

3 – ORACIÓN. ¿Qué le digo al Señor a partir del Texto?
Señor Jesús: te damos gracias porque nos ayudas a crecer en la fe.
Tus enseñanzas tan claras nos piden ser sal para evitar que el mundo se pudra.
También nos pides ser luz para que el mundo no viva en tinieblas.
Señor, reconozco que no en todo momento he sido sal y luz para mis hermanos. Te pido que me ayudes a mejorar en mis actitudes y conducta.
Te pido llevar una vida recta para que los demás también puedan creer en Ti, a través de mi testimonio.
Culminamos nuestra oración con el versículo 1 del Salmo 27 (26) Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor!

4 – CONTEMPLACIÓN. ¿Cómo voy a interiorizar el texto?
· Para hacer vida en mi vida este texto voy a repetir varias veces esta frase:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando me siento confundido y sin rumbo:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando veo que aquellos que me rodean están perdidos:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando entiendo que los demás necesitan una palabra de aliento:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando mi testimonio es necesario para que los demás crean:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.

5 – ACCIÓN. ¿A qué me comprometo? ¿Qué va a cambiar en mi vida?
Para la acción se puede concentrar en el versículo 16 y pensar en las "buenas acciones".
Si estás solo, piensa cuáles serán las “buenas acciones” que harás esta semana. Y así podrás evaluarte también cómo vas mejorando
Si estás en grupo, especialmente con tu grupo juvenil, hacer alguna cartelera en que nos recuerde buenas acciones de personas que nos ayudan a creer. Poner como ejemplos a aquellos que conocemos en la vida cotidiana o también que conozcamos sus vida (como la Madre Teresa de Calcuta). Y realizar con el grupo una acción concreta que demuestre la bondad que el Señor nos pide (por ejemplo ayudar a una familia que lo necesite, cuidar a algún enfermo, visitar un asilo de huérfanos o de ancianos).
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jueves, 27 de enero de 2011

Lectio Divina del 30 de enero de 2011


LOS OBJETIVOS DEL REINO

Mateo 5:1-12 Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus Discípulos se le acercaron, y él comenzó a enseñarles diciendo: “Dichosos los que reconocen su pobreza espiritual, porque suyo es el reino de los cielos. “Dichosos los que sufren, porque serán consolados. “Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra que Dios les ha prometido. “Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán satisfechos. “Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos. “Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios. “Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. “Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque suyo es el reino de los cielos. “Dichosos vosotros, cuando la gente os insulte y os maltrate, y cuando por causa mía digan contra vosotros toda clase de mentiras. ¡Alegraos, estad contentos, porque en el cielo tenéis preparada una gran recompensa! Así persiguieron también a los profetas que vivieron antes que vosotros.
Otras Lecturas: Sofonías 2:3, 3:12-13; Salmo 146:7-10; 1 Corintios 1:26-31
LECTIO:
Los biblistas creen que el evangelio de Marcos fue escrito antes que los otros dos sinópticos, proporcionando a Mateo y a Lucas material con el cual escribir sus propios relatos.
Pero Mateo y Lucas recurren también a otras fuentes, en especial en lo que se refiere a las enseñanzas de Jesús. En el evangelio de Mateo, la doctrina de Jesús procede de épocas y lugares distintos y se presenta en cinco secciones extensas. El pasaje de este domingo, conocido normalmente como ‘las bienaventuranzas’, señala el comienzo de la primera: el Sermón de la Montaña (Mateo 5:1 – 7:27).
La enseñanza de Jesús se centra en lo que significa vivir bajo el reinado de Dios en la tierra. Por eso, una pista que puede ayudarnos a entender este pasaje aparece en la oración que Jesús les enseña a los discípulos en Mateo 6:10: ‘Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra así como se hace en el cielo’.
El ministerio de Jesús consiste en traer el reinado de Dios a la tierra. El reino de Dios es bien distinto de los objetivos y de los valores terrenos. La perspectiva mundana es que el dinero, el éxito y el poder son la buena noticia. Pero aquí Jesús enseña que las personas que en verdad se encuentran en el buen camino son las que dependen de Dios y buscan sus objetivos para su propia vida.
La palabra ‘dichosos’ con la que traducimos el término griego también podría traducirse como ‘enhorabuena’, ‘felicidades’. Se trata de actitudes más que de principios morales. Por eso dice Jesús que si tenemos esas actitudes –si somos humildes, mostramos misericordia, somos puros, trabajamos por la paz y estamos dispuestos a obedecer a Dios aun cuan ello comporte la persecución, si reconocemos nuestra necesidad de Dios y dejamos que sea él quien nos consuele, si nuestro mayor deseo es agradarle- entonces estamos del lado de Dios y de su reino
MEDITATIO:
■ Cada una de las bienaventuranzas es un reto. ¿Cuál de ellas constituye para ti el mayor desafío?
■ ¿Cuál de las bienaventuranzas te parece más fácil de alcanzar, y por qué?
■ ¿Qué diferencia significaría para nuestro mundo el que todos los cristianos manifestaran en sus vidas las bienaventuranzas?
ORATIO:
Escoge una sola de las bienaventuranzas y coméntala con Jesús. Pídele la gracia de ser capaz de darle a los caminos de Dios mayor relevancia en tu vida. Recuerda que Dios envía su Espíritu Santo para ayudarnos a vivir para él.La semana pasada leíamos cómo los apóstoles tuvieron que abandonar su vida cotidiana para aprender a vivir y a proclamar el reino de Dios. Jesús nos ha confiado las bienaventuranzas para hacernos capaces de llevarlas a la práctica. Cada día de estasemana, apártate por un momento de tus afanes cotidianos y deja que sea Dios quien te colme para poder vivir con mayor fidelidad las bienaventuranzas

CONTEMPLATIO:
Considera cada una de las promesas y recompensas que Dios hace a quienes adoptan las actitudes de las bienaventuranzas. Reflexiona sobre lo maravillosas y valiosas que son.

Lectio Divina de Sociedad Bíblica España
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