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miércoles, 11 de enero de 2012

La Iglesia en Sevilla prepara su participación en el VII Encuentro Mundial de las Familias

Tendrá lugar del 30 de mayo al 3 de junio en Milán.

Las Delegaciones Diocesanas de Familia y Vida y de Peregrinaciones están organizando la participación de las familias sevillanas en el VII Encuentro Mundial de las Familias que tendrá lugar del 30 de mayo al 3 de junio en Milán, Italia y que como los anteriores está presidido por el Papa.  

Los Encuentros Mundiales de las Familias se crearon en 1994 con el Papa Juan Pablo II y se celebran cada tres años en diferentes países del mundo. Ya se han celebrado encuentros en Italia, Brasil, España, Filipinas y México.

En estos encuentros se viven dos momentos principalmente, el primero de ellos es un congreso que se celebra durante varios días en los que hay encuentros, reuniones y congresos sobre un tema seleccionado por el Santo Padre, que para este año es ´La Familia: el trabajo y la fiesta´. 

El segundo momento es un encuentro de todas las familias que participan en este evento. Comienza el sábado con una vigilia de oración en presencia del papa y en la que se dan testimonios de vida y fe de las familias provenientes de diferentes países. El domingo por la mañana finaliza el Encuentro con la Eucaristía que celebrará el papa.

El objetivo de este encuentro es reflexionar sobre la familia como patrimonio de la humanidad sugiriendo de esta forma la idea de que la familia es patrimonio de todos.

Catequesis previas al encuentro

Para las familias que vayan a participar como parara las que no se han preparado unas catequesis previas al Encuentro que sirvan como preparación al mismo.El primer grupo de catequesis es sobre la familia y afronta el modo de vivir las relaciones en casa que debe convertirse "en espacio de acogida y lugar donde se custodia una intimidad profunda en la pareja y entre los padres e hijos".

El segundo grupo es sobre el trabajo, visto no solo como medio del sustento económico sino el lugar de la identidad personal y la relación social. 

El tercer grupo trata sobre la fiesta, para vivirla los domingos como tiempo para la familia, para el Señor y para la comunidad.

Los textos se proponen en un contexto de oración, en la forma de Lectio Divina con una catequesis bíblica, con textos de meditación del magisterio y con preguntas para la pareja y para el grupo. 

En la celebración de la Eucaristía por la Jornada de la Familia, el pasado día 30 de diciembre, Don Santiago Gómez hizo entrega de un ejemplar de estas catequesis a los coordinadores de pastoral familiar de las Vicarias 1 y 2 y a los representantes de algunos movimientos y asociaciones que trabajan con los matrimonios, como Hogares Don Bosco, Movimiento Familiar Cristiano, Movimiento Familias Nuevas del Movimiento de los Focolares, Familias por el Reino de Cristo, Movimiento Alianzas y Federación Católica de APAS de Sevilla.

Archidiócesis de Sevilla. 05/01/2012
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miércoles, 14 de diciembre de 2011

Felicitación de Navidad del Padre Rvdo. Don Jose María Estudillo Carmona

¡Qué maravilla! El Belén que montamos en nuestra casa somos cada uno de nosotros, salidos como figuritas del evangelio de San Lucas

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sábado, 26 de noviembre de 2011

Vivamos con intensidad el Adviento

Carta Pastoral del Arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo Pelegrina.

Queridos hermanos y hermanas:

Comenzamos el año litúrgico y, con él, el tiempo santo de Adviento, en el que nos preparamos para recordar la venida del Señor en carne hace veinte siglos y su nacimiento en la cueva de Belén. Pero la celebración del nacimiento del Señor es algo más que un recuerdo, un aniversario o un cumpleaños. Es un acontecimiento actual, porque la liturgia místicamente lo actualiza cada año y porque toca y compromete profundamente nuestra existencia: el Señor que vino al mundo en la primera Navidad y que volverá glorioso al final de los tiempos, quiere venir ahora a nuestros corazones y a nuestras vidas.

Del mismo modo que el pueblo de Israel se preparó para la venida del Mesías, que era esperado como el cumplimiento de la promesa hecha por Dios a nuestros primeros padres, renovada a los patriarcas y reiterada una y mil veces por la palabra de los profetas, así también hoy el nuevo pueblo de Dios, los cristianos, nos preparamos intensamente para celebrar el recuerdo actualizado de aquel gran acontecimiento, que significó el comienzo de nuestra salvación. Sólo si disponemos nuestro corazón para acoger al Señor, como lo hicieron María y José, los pastores y los magos, el Adviento y la Navidad será para nosotros un hito de gracia y salvación.

A lo largo de las cuatro semanas de Adviento escuchamos en la liturgia a los profetas que anunciaron la llegada del Mesías esperado. Isaías, Zacarías, Sofonías y Juan el Bautista nos invitan a prepararnos para recibir a Jesús, a allanar y limpiar los caminos de nuestra alma, es decir, a la conversión y al cambio interior, para acoger con un corazón limpio al Señor que nace, que debe nacer o renacer con mayor intensidad en nuestras vidas.

Adviento significa advenimiento y llegada; significa también encuentro de Dios con el hombre. En estos días, el Señor, que vino hace 2000 años, se va a hacer el encontradizo con nosotros. Para propiciar nuestro encuentro con Él, yo os propongo algunos caminos: en primer lugar, el camino del desierto, de la soledad y del silencio interior, tan necesarios en el mundo de ruidos y prisas en que estamos inmersos, que tantas veces propicia actitudes de inconsciencia y atolondramiento. Necesitamos en estos días cultivar la interioridad; necesitamos entrar con sinceridad y sin miedo en el hondón de nuestra alma para conocernos y tomar conciencia de las miserias, infidelidades y pecados que llenan nuestro corazón e impiden que Jesucristo sea verdaderamente el Señor de nuestras vidas. Qué bueno sería iniciar o concluir el Adviento con una buena confesión, que nos reconcilie con el Señor y con la Iglesia, permitiéndonos reencontrarnos con Él.

El Adviento es tiempo además de oración intensa, prolongada, humilde y confiada, en la que, como los justos del Antiguo Testamento repetimos muchas veces Ven, Señor Jesús. La oración tonifica y renueva nuestra vida, nos ayuda a crecer en espíritu de conversión, a romper con aquello que nos esclaviza y que nos impide progresar en nuestra fidelidad.

Por ello, es siempre escuela de esperanza. La oración nos ayuda además a abrir las estancias más recónditas de nuestra alma para que el Señor las posea, las ilumine y dé un nuevo sentido a nuestra vida. Nuestro encuentro con el Señor que viene de nuevo a nosotros en este Adviento no será posible sin la mortificación, el ayuno y la penitencia, que preparan nuestro espíritu y lo hace más dócil y receptivo a la gracia de Dios. Tampoco será posible si no está precedido de un encuentro cálido con nuestros hermanos, con actitudes de perdón, ayuda, desprendimiento, servicio y amor, pues no podemos decir que acogemos al Señor que viene de nuevo a nosotros, si no renovamos nuestra fraternidad, si no le acogemos en los hermanos, especialmente en los más pobres y necesitados.

El Adviento es uno de los tiempos especialmente fuertes del año litúrgico. Por ello, hemos de vivirlo con intensidad y con esperanza, la virtud propia del Adviento, la esperanza en el Dios que viene a salvarnos, que viene a dar respuesta a nuestras perplejidades y sinsentidos, a poner bálsamo en nuestras heridas, a devolvernos la libertad y a alentarnos con la promesa de la salvación definitiva, de una vida eterna, feliz y dichosa.

Iniciamos el Adviento y con él la novena de la Inmaculada Concepción. Os invito a vivirla con intensidad. La Santísima Virgen es el mejor modelo del Adviento. Ella acogió a su Hijo, primero en su corazón y después en sus entrañas. Ella, como dice la liturgia, esperó al Señor con inefable amor de Madre y preparó como nadie su corazón para recibirlo. Que ella sea nuestra compañera y guía en nuestro camino de Adviento. Que Ella nos ayude a prepararnos para recibir al Señor y para que el encuentro con Él transforme nuestras vidas y nos impulse a testimoniarlo y anunciarlo.

Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla 
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jueves, 3 de noviembre de 2011

HOMENAJE AL RVDO. DON JOSE MARIA ESTUDILLO CARMONA

Servidor de Jesucristo y de todos los hermanos

“El diácono permanente es servicio gozoso al evangelio, fuerza entusiasta de la caridad, testimonio y vida de eucaristía, sencillez y acogida alegre, entrega humilde a los más pobres, servicio de Iglesia a toda la Iglesia. María, oración y silencio oblativo, liturgia en el altar y en la calle, desborde de las bienaventuranzas, el creyente hecho misericordia. Esteban pan gratuito de los pobres, Lorenzo incendiador de amor, Vicente, paciente en la tribulación, Francisco cantor de fraternidad, crecimiento del amor compartido, motor silencioso de comunidad, Iglesia cargada de futuro, apoyo diligente de pastores, humanidad llena de luz”.

Estas palabras, bellas y profundas, fueron dictadas por el Rvdo. Don José María Estudillo Carmona, presbítero de la diócesis de Sevilla, con más de 30 años formando Diáconos Permanentes, en el encuentro que sostuvo la comunidad diaconal de la ciudad de la Giralda, el pasado sábado día 22 de octubre en la Casa Sacerdotal. Fue un entrañable homenaje en el que su figura, en medio del cariño, del recuerdo y de la admiración por parte de una Iglesia diocesana a la cual sirvió al cien por cien, fue más que aplaudida y querida.

Climatológicamente hablando fue un día raro, pues se combinaba la agrupación de nubes cargadas de colores grises y por otro lado aparecía la sonrisa tenue del sol que quería moverse pero que no podía dar la cara como hubiese deseado. Pero ambiental fue perfecto. El horario y el día favoreció mucho la convivencia y el ambiente general del encuentro fue muy distendido y característico del estilo diaconal, con alegría, cercanía entre todos, o sea, ambiente familiar, de amistad y fraternal.

Después de la entrañable acogida entre todos los asistentes (con sus esposas) nos reunimos en torno a la Eucaristía, muy participativa por cierto. Como presidente en dicha asamblea eucarística fue el homenajeado, don José María Estudillo, concelebrando con el siempre querido sacerdote, Don Pedro Ybarra, alma mater de la creación en nuestra diócesis del mundo diaconal; a ambos sacerdotes les acompañó nuestro estimado hermano diácono, Carlos H`Derbe, sirviendo fiel y correctamente la mesas del altar. Esta Eucaristía fue entonada, como oración elevada, y acompañada por el también hermano diácono Manuel Luis Góngora y, naturalmente, por el estimado José Márquez, cariñosamente Pepo, regalándonos ambos unas tonalidades rítmicas y celestial de estilo angelical.

Durante la pequeña homilía, don José María Estudillo manifestó las palabras iniciadas en este escrito y además también centró su intervención en todo su dilatado trabajo dentro de nuestra Iglesia y nos invitó a todos a la reflexión personal sobre lo fundamental y lo accesorio de aquel acto de agradecimiento.

A la finalización de dicho acto eucarístico, el hermano diácono Emilio Castaño, leyó una carta de nuestro Arzobispo, Don Juan José Asenjo Pelegrina, dispensándose de su ausencia a dicho acto por encontrarse en Cádiz por la toma de posesión de su nuevo Obispo, y enviándole, al mismo tiempo, un cariñoso abrazo y felicitación por su gran labor dentro de la Iglesia de Sevilla.

Realmente, si captamos los sentimientos de todos los presentes y de muchísimos hermanos y hermanas desparramados por toda nuestra diócesis, los comentarios serían unánimes, pues el empuje de don José María Estudillo siempre ha sido de primera calidad. Todos, dentro y fuera de la Iglesia, reconocen sus méritos. Un hombre muy culto, con gran sentido del humor, sereno, cercano y capaz de aglutinar a los sectores más variopintos de la sociedad sevillana; servicial, sus tiempos de grata conversación en diferentes ambientes, su sentido de oración como referente, oración profunda de la vida misma, desde las cosas, con el convencimiento de cuanto suponía acercamiento a Dios y a todos los hermanos y hermanas. Sus aportaciones en cualquier foco de acción eclesial era muy a tener en cuenta. Seguirá viviendo intensamente desde su servicio a todos. Además tenía una relación especial con los diáconos y sus esposas, que les han ayudado a dar sentido y coherencia a su vida y a su misión. Posee sentido de Iglesia diocesana pues con nuestro colectivo diaconal estuvo desde 1982 a 2011. ¡ Casi ná ¡…Y desde su siempre humildad nos pidió a todos una oración por un cura jubilado y capellán de San Clemente, que desea seguir estando vivo y activo en el amor y servicio a Jesucristo y a todos los hermanos.

Obviamente toda buena acción se termina con un ágape y fue un tiempo adecuado para el diálogo en comunidad y enriquecedora, dinámica, querida y profunda. Todo aquel jardín hermoso estuvo lleno de alegría. Buena preparación en su conjunto. Buena organización, gracias a los responsables de la Casa Sacerdotal…¡ Qué servicios, qué amables y templados todos ¡…

Al final del refrigerio, los que estuvimos conviviendo aquellos gratos momentos, habíamos mezclados sentimientos de alegría y de entusiasmo, porque nuestra Iglesia diocesana seguía caminando…todavía con la presencia viva de Don José María Estudillo Carmona, cura felizmente jubilado y homenajeado. Que Dios siempre le cuide y bajo el amparo de su Madre, la Virgen del Buen aire.

Alberto Álvarez Pérez
Diácono de la diócesis de Sevilla



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martes, 25 de octubre de 2011

ELOGIOS AL DIACONADO EN NUESTRA IGLESIA


DIACONADO es 

SERVICIO GOZOSO AL EVANGELIO.
FUERZA ENTUSIASTA DE LA CARIDAD.
TESTIMONIO Y VIDA DE EUCARISTÍA.
SENCILLEZ Y ACOGIDA ALEGRE.
ENTREGA HUMILDE A LOS MÁS POBRES.
SERVICIO DE IGLESIA A TODA LA IGLESIA.
MARÍA: ORACIÓN Y SILENCIO OBLATIVO.
LITURGIA EN EL ALTAR Y EN LA CALLE.
DESBORDE DE LAS BIENAVENTURANZAS.
EL CREYENTE HECHO MISERICORDIA
ESTEBAN, PAN GRATUITO DE LOS POBRES
LORENZO, INCENDIANDO DE AMOR
VICENTE, PACIENTE EN LA TRIBULACIÓN
FRANCISCO, CANTOR DE FRATERNIDAD.
CRECIMIENTO DEL AMOR COMPARTIDO
MOTOR SILENCIOSO DE COMUNIDAD
IGLESIA CARGADA DE FUTURO
APOYO DILIGENTE DE PASTORES
HUMANIDAD LLENA DE LUZ.


Rvdo. Don José María Estudillo Carmona
Presbitero de la diócesis de Sevilla
Más de 30 años formando Diáconos
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lunes, 10 de octubre de 2011

EL SEMINARIO MENOR DE SEVILLA, CAMINO HACIA UNA IGLESIA MÁS MULTITUDINARIA

Por definición, pienso que progreso es la acción de ir hacia adelante. Desde un sentido eclesial, nuestro arzobispo de Sevilla, Don Juan José Asenjo, sí ha dado un paso firme hacia adelante creando de forma valerosa la andadura de inaugurar el Seminario Menor, con 16 jóvenes. Estos seminaristas que inician su camino de preparación formativo, han sido cuidadosamente seleccionados para que en su momento se conviertan en buenos sacerdotes. Dios se ha servido de estos jóvenes para hacerse presente en sus vidas e invitarles a dejarlo todo por El. Son chicos con una vida muy normal, con familias, institutos, amigos. Pero tal como está organizada la sociedad actual, repleta de un falso laicismo, es muy importante la formación de los futuros sacerdotes y que, con la ayuda de Dios y con la presencia de ellos, se volverán a llenar nuestras Iglesias. Con las puertas abiertas del Seminario Menor, seguiremos manteniendo encendida la llama del amor para apostar por una Iglesia más multitudinaria, querida y cercana. Gracias, señor Arzobispo, por este regalo tan hermoso para la iglesia de Sevilla, que es como un gran semillero humano y espiritual.

(Diario ABC – 8 de octubre 2011)

Alberto Álvarez Pérez

Diácono de la diócesis de Sevilla
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domingo, 24 de julio de 2011

MENSAJEROS DE PAZ

Al amanecer y junto al mar de la Playa de La Antilla (Huelva), en mi subconsciente y en plena vacaciones de verano, entre las olas rompiendo en plena orilla, escuché tambores de guerra; guerras en curso, unas más lejanas que otras; guerras crueles, inhumanas, absurdas; guerras que llevan meses y años, guerras sin causa ni razón. Las guerras, Dios mío, nunca tienen razón. Siempre solicito a Dios en mis oraciones (sí, en mis oraciones diarias) que callen las bombas y los cañones, que calle el tumulto de las guerras en los corazones de los seres humanos y en los campos de batalla; que el silencio de la paz cubra el universo; que se vuelvan a oir los cantos de los pájaros en vez del tableteo de las ametralladoras; que se destruyan las armas que amenazan a los seres humanos y a su civilización con él. Sobre todo, que haya paz, sí, mucha paz en los corazones, porque ahí es donde están las raíces de las guerras y de la violencia; las pasiones que llevan a los seres humanos a buscar el poder, a odiarse unos a otros, a destruir y a matar. Siempre pienso que la paz es posible cuando el ser humano vive en paz consigo mismo. La paz empieza cuando cesan la avaricia, el odio, la ambición. Habrá que acallar las tormentas que muchos llevan dentro para que sus truenos no salgan afuera. Sería bueno establecer la paz en el interior de cada uno para que sea plegaria de paz para todos. No habrá paz en el mundo si no hay paz en nuestros corazones. ¡Qué bonito sería que el clamor de las batallas dé paso a la danza de la paz¡...Porque Dios es el auténtico mensajero de la paz. Como diácono, enamorado de mi vocación de servicio a los demás, muchas veces me invaden estas preguntas; ¿facilito la paz en mi entorno, tanto familiar, laboral o entre mis amistades?. ¿Soy mensajero de paz o repartidor de discordias y violencias?...

Alberto Ávarez Pérez
Diácono de la Archidiócesis de Sevilla.
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lunes, 4 de julio de 2011

Celebración festiva final de curso de los Aspirantes y Candidatos al Diaconado Permanente de la Archidiócesis de Sevilla

LA ALEGRÍA DEL ROSTRO, ES LA ALEGRÍA DE NUESTRA ALMA
El pasado sábado día 11 de junio de 2011, los aspirantes y candidatos al Diaconado Permanente de la Archidiócesis de Sevilla, nuestras queridísimas esposas y todos acompañados por el Rvdo. D. José Mª. Estudillo Carmona, Director de la Comisión Diocesana del Diaconado Permanente y Ministerios Laicales, celebramos nuestra Convivencia fin de Curso. Echamos en falta algunos hermanos y a sus esposas que por razones laborales o de enfermedad, no nos pudieron acompañar, pero se hicieron presentes en nuestros recuerdos.
Este año estuvimos en Aracena, bella ciudad de la serranía de Huelva.
Fuimos acogidos en la Hospedería Hotel Reina de los Ángeles, perteneciente al Obispado de Huelva.
Nuestra llegada fue aproximadamente a las 11 horas de la mañana, haciendo una primera parada en la Hospedería, para dirigirnos a continuación a degustar un desayuno serrano, cerca de las Grutas de las Maravillas.
Teníamos preparado un guión sobre la visita a la ciudad y sus monumentos.
A continuación nos dirigimos para visitar el Castillo de Aracena y la Iglesia Prioral de Ntra. Sra. Del Mayor Dolor, Patrona de la Villa. Después de terminar de recorrer el monumento y su historia, nos dirigimos a Nuestra Señora del Mayor Dolor, con el canto del Ave Regina, para concluir con la petición de su amparo.
Después afuera, con las impresionantes vistas que nos ofrecía el lugar, sin olvidar que bajo nuestro pies se encontraba la Gruta de las Maravillas, que invitaban a una oración personal de acción de gracias al Padre, donde pudimos poner en práctica la oración de los sentidos, por la belleza creada para el disfrute del hombre y la alabanza a Dios.
No pudimos visitar a las religiosas de clausura, MM. Carmelitas Calzadas del Monasterio de Santa Catalina, por encontrarse en día de retiro espiritual, pero fuimos cercanos en la oración.
Posteriormente nos dirigimos de nuevo a la Hospedería, donde D. Cipriano de Toro, sacerdote que entre otras obligaciones, dirige este centro de la Diócesis de Huelva, nos dispuso la Iglesia para celebrar la Eucaristía.
Entre todos preparamos la celebración con el guión que el padre Estudillo llevaba, a fin de celebrar una Vigilia de Pentecostés. Fue una celebración entrañable, donde el Espíritu Santo se hizo presente.
A continuación subimos al comedor, en un ambiente festivo y sobre todo en bella armonía. Después de dar gracias a Dios por los alimentos que estaban presentes en la mesa, nos dispusimos a disfrutar de un almuerzo a la par que sencillo, singularmente exquisito. Felicitamos al personal que nos atendió y a las responsables de la cocina.
Terminamos en la cafetería, con un buen café, una infusión y alguna copita de licor de hierbas. Todo ello servido con destreza por D. Cipriano de Toro, mostrándonos la disponibilidad de servicio característica para el servicio al hermano.
Aquí D. José María Estudillo, nos hizo entrega a todos de un rosario bendecido, realizado a mano por un hermano suyo, que se encuentra en la clausura de una Cartuja en Portugal. También le entregó a D. Cipriano de Toro, para que se los entregara a las MM. Carmelitas, de la que él es Capellán.
Finalmente dimos un nuevo paseo por este bello pueblo de la serranía, para finalizar con una despedida entrañable, con el deseo del pronto reencuentro.
Publicados ya los nuevos nombramientos ordenados por Monseñor Asenjo, queremos agradecer la labor encomiable realizada durante tantos años por amor a la Iglesia de Sevilla, de D. José Mª. Estudillo. Su entrega y dedicación habrán sido siempre por el bien del Diaconado Permanente. Cristo Servidor sabrá recompensarle por su entrega de amor y servicio.
Queremos dar la bienvenida al nuevo Director para la Formación del Diaconado Permanente, D. Ramón Darío Valdivia Giménez, que retomará con renovado espíritu la misión que ahora le encomienda la Iglesia. Los aspirantes y candidatos estamos a su disposición y abiertos a recibir sus nuevas directrices, avaladas por el espíritu en Cristo Servidor.
En la fotografía que inmortaliza nuestro encuentro, podemos observar que es para nosotros ser aspirantes o candidatos a la Formación para el Diaconado Permanente. Es el sentimiento de una llamada al servicio, consentido felizmente por nuestras esposas, que con su labor callada nos alientan en las dificultades del día a día y nos empujan hacia adelante, para vencer el desfallecimiento y conseguir llegar con ilusión y entrega, al hermano necesitado. Todo ello sustentado en la oración, que es la piedra donde nuestro espíritu se asienta.
Nuestra ilusión de vida será fiel reflejo, para el mundo que espera volver a sentir la esperanza en Cristo Resucitado.
Fernando María Gallardo Cortés.
Aspirante al Diaconado Permanente de la Archidiócesis de Sevilla
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jueves, 23 de junio de 2011

CORPUS CHRISTI, DÍA DE LA CARIDAD

Queridos hermanos y hermanas:
Celebramos en este domingo la solemnidad del Corpus Christi, en la que todos estamos convocados a renovar nuestra fe en el sacramento eucarístico, fuente y cima de la vida cristiana. En este día de gozo todos estamos invitados a adorarlo, a aclamarlo en nuestras calles y a ir caracterizando nuestra vida como una existencia eucarística, modelada y conformada por este augusto sacramento. En esta solemnidad, celebramos también el Día de la Caridad, el Día de Caritas, la institución de la Iglesia al servicio de los más pobres. No es una mera coincidencia: la Eucaristía no sólo es expresión de comunión en la vida de la Iglesia; es también proyecto de solidaridad para toda la humanidad.
Los tres últimos años están siendo especialmente duros para los pobres, los parados, los inmigrantes, los sin techo, y para cientos de familias que sufren las consecuencias de la grave crisis económica que padecemos. Los técnicos y voluntarios de Caritas nos dicen que están desbordados. Han aumentado espectacularmente las demandas. Cada vez son más las personas que solicitan ayuda para pagar la hipoteca, el alquiler de su vivienda, los recibos de la luz y del agua, mientras las parroquias reclaman a Caritas alimentos para distribuir… Estamos ante lo que algunos han llamado con razón una verdadera emergencia social, que genera dolor, desesperanza, múltiples sufrimientos y frustración, que afecta también al personal de Caritas, que se ve impotente ante tantas situaciones de dolor, a las que no puede dar la respuesta que desearía porque los recursos escasean.
A pesar de todo, Caritas es en esta coyuntura un signo cierto de esperanza, tal vez el único para quienes, después de llamar a muchas puertas, han perdido las razones para seguir esperando. Caritas es lugar de esperanza, porque sus voluntarios, técnicos y socios están persuadidos de que su mejor tesoro no es el dinero o los alimentos que distribuyen, sino Jesucristo, en el que se nos ha manifestado el amor y la misericordia del Padre providente y bueno. Él se presenta ante su pueblo como el ungido por el Espíritu y “enviado a anunciar a los pobres la Buena Noticia, a proclamar la liberación a los cautivos, a devolver la vista a los ciegos, a dar libertad a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor” (Lc 4,18-19). Fundados en Él, escuchando su palabra que nos dice: “dadles vosotros de comer” (Lc 9, 13), ven en el rostro de los pobres el rostro doliente de Cristo, y les sirven con entrega generosa, conscientes de que al servir a los pobres están sirviendo al mismo Señor.
Ellos, como Jesús, que curaba las heridas físicas y morales, que consolaba a los tristes, devolvía la vista a los ciegos, hacía andar a los cojos y devolvía la vida a los muertos, venciendo la apatía o la indiferencia ante el hermano que sufre, generan signos y gestos de esperanza y son para los pobres una ventana abierta hacia el futuro. Como el Buen Samaritano ofrecen gratuitamente signos de compasión y de misericordia, gestos de verdadero consuelo, de cercanía, de cariño, de entrega, de escucha, de servicio, signos que muestran que para nosotros los pobres son nuestros hermanos, los preferidos de Jesús. Con humildad y confianza en la Providencia, ellos y nosotros, toda la comunidad diocesana debe ofrecer signos que devuelvan la ilusión y la alegría a quienes la han perdido, signos de austeridad en una sociedad marcada por el consumismo, signos en los que se haga patente que no sólo compartimos lo que nos sobra, sino incluso aquello que estimamos necesario, que es la prueba más palpable del verdadero amor.
Nuestra participación en la Eucaristía exige de nosotros, hoy más que nunca, signos que vivifiquen, que hagan visible que podemos vivir de otra manera, más austera, más fraterna y solidaria, que otro mundo es posible, el mundo soñado por Dios, fermento de la nueva humanidad.
Al mismo tiempo que invito a todos a ser generosos en la colecta de este domingo, destinada a Caritas, termino mi carta semanal agradeciendo a los voluntarios y responsables de Caritas Diocesana y de las Caritas parroquiales su entrega y los excelentes servicios que prestan a través de sus programas a los transeúntes, inmigrantes, parados, enfermos de Sida y familias desestructuradas. Pido de nuevo a los sacerdotes que creen la Caritas parroquial en aquellas parroquias en que no existe, pues a la evangelización y a la celebración de la fe, le falta algo esencial si prescindimos de la diakonía de la caridad. A todos os invito a seguir fortaleciendo la genuina identidad cristiana de nuestras Caritas y a cuidar los fundamentos sobrenaturales de nuestro compromiso fraterno. En la Eucaristía, vivida, celebrada y adorada, encontraréis cada día la fuerza para seguir ofreciendo a nuestros hermanos más pobres motivos de esperanza en un futuro mejor. Haréis así real el lema de la campaña de este año: “La Eucaristía, vida y fortaleza del voluntariado cristiano”.
Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla
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sábado, 4 de junio de 2011

Cáritas pasa revista a su actuación en el último ejercicio



El pasado sábado se celebró en el área académica del Seminario Metropolitano la asamblea ordinaria de Cáritas Diocesana de Sevilla, presidida por el arzobispo, Mons. Juan José Asenjo Pelegrina. Asistieron cerca de trescientas personas, entre voluntarios, trabajadores, directores de Cáritas parroquiales, religiosas, diáconos, sacerdotes y dos vicarios episcopales.

Mons. Asenjo anima a renovar esfuerzos ante la actual crisis

La asamblea comenzó con una oración, tras la cual se dirigió a los asistentes el arzobispo de Sevilla, quien animó a seguir trabajando con fuerza y tesón, según el espíritu evangélico de servicio a los necesitados. Mons. Asenjo incidió sobre diversos puntos del mensaje de Benedicto XVI a los miembros de Cáritas Internationalis, y particularmente en que “Cáritas es un organismo eclesial, que comparte la misión de la Iglesia”. Expuso la importancia de que en todas las parroquias se anuncie la Palabra, se celebre y participe en los sacramentos y en especial de la Eucaristía, y se trabaje a favor de los necesitados a través de Cáritas. Indicó así los tres pilares fundamentales e imprescindibles de toda comunidad cristiana. "Cáritas como elemento privilegiado de la Iglesia para ejercer la caridad cristiana, distinta por su esencia a otras organizaciones que también trabajen orientadas a los que sufren", puso de manifiesto el prelado a lo largo de su intervención. Como responsable de la caridad en la Iglesia de Sevilla, agradeció a todas las personas que trabajan en Cáritas la labor realizada y les pidió que renovaran sus esfuerzos ante los graves momentos que estamos sufriendo.

Tras la intervención de monseñor Asenjo, tomó la palabra el presidente-director de Cáritas, Felipe Cecilia Franco, quien animó a todos a continuar con el trabajo y la dedicación a los necesitados. Por parte del delegado episcopal para Cáritas Diocesana de Sevilla, Francisco Ortiz Gómez, tuvo lugar la ponencia titulada “Identidad eclesial del voluntariado de Cáritas, a partir de la Encíclica de Benedicto XVI ‘Caritas in veritate”. Ortiz buscó en la encíclica claves operativas para la acción del voluntariado de la caridad, sus aportaciones a Cáritas y a la misión del voluntariado, su incidencia en la identidad y espiritualidad personal, las realidades sociales que afectan al desarrollo y demandas la atención de las personas que trabajan en Cáritas, desde las prioridades de la encíclica, concluyendo con las fortalezas y debilidades que han de tener presentes los voluntarios.

La ponencia fue marco de referencia para el trabajo en grupo de los participantes que, de forma ágil y fecunda, concluyó con una serie de pautas que, una vez sistematizadas, serán trabajadas en las parroquias, para concluir en la próxima Escuela de Otoño que se celebrará del 11 al 13 de noviembre.

Proyectos de dos nuevas residencias:

Se analizaron las cuentas del año anterior, siendo aprobadas por unanimidad. Posteriormente, el secretario general presentó la Memoria 2009 a la Asamblea, las líneas de actuación en cuanto al acompañamiento a las Cáritas parroquiales, el proceso de acompañamiento a las personas en exclusión y todo el trabajo que se está realizando en el área de dependencia orientado a mayores, salud mental y discapacidad, destacando la construcción de las residencias Ignacio Gómez Millán para mayores y para dependientes gravemente afectados Virgen de Belén.


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miércoles, 25 de mayo de 2011

MONS. AMIGO VALLEJO, HIJO ADOPTIVO DE LA PROVINCIA DE SEVILLA





El cardenal emérito Carlos Amigo Vallejo recibió antes de ayer tarde, dia 23 de mayo, el título de Hijo Adoptivo de la Provincia de Sevilla con motivo de la celebración del Día de la Provincia, en el que se reconoció la trayectoria de distintas personalidades relacionadas con Sevilla.

El acto se celebró en el patio de la Diputación de Sevilla y contó con la asistencia de numerosas personalidades de la política, judicatura, el arte y el mundo empresarial. Además de la distinción de fray Carlos Amigo Vallejo se han reconocido también con la Medalla de Oro de la Provincia al torero Morante de la Puebla, a la bailaora Matilde Coral, al cantaor El Lebrijano, a la modelo y presentadora Eva María González, y a los futbolistas de la selección española Sergio Ramos, Carlos Marchena y Jesús Navas, campeones del mundo en 2010 en Sudáfrica.

Además, recibieron Placas de Honor las organizaciones sindicales sevillanas UGT y CCOO y la Confederación de Empresarios Sevillanos (CES), así como la Federación Provincial de Entidades Flamencas y la emisora Radio Sevilla-Cadena SER.
Esta cita que ya va por su novena edición fue persentada por el presidente de la Diputación de Sevilla, Fernando Rodríguez Villalobos, y contó con la presencia del Consejero de Gobernación y Justicia, Francisco Menacho. Villalobos destacó la «creatividad de estas personas como un referente para todo el mundo» ; y el consejero de Gobernación, Francisco Menacho, hizo una breve glosa de cada premiado y destacó el apoyo de la Junta de Andalucía a los ayuntamientos de la provincia. Tres detalles llamaron la atención en el acto: el «esplante» flamenco que hizo Matilde Coral con su mantón al recoger la medalla; los aplausos que recibió el cardenal Carlos Amigo Vallejo que puso al público de pie; y el discurso de Villalobos en plena resaca electoral, aludiendo a que «los ciudadanos y ciudadanas de la provincia han apostado por seguir avanzando en clave de progreso» antes de recalcar los 40 ayuntamientos en los que el PSOE tiene mayoría absoluta en un recordatorio del resultado de las elecciones sin más análisis que era impropio de un acto institucional. Carlos Amigo ofreció un discurso en nombre de los homenajeados en el que destacó su generosidad y parodió la toná machadiana: «Moneda que está en la mano, quizá se deba guardar; La monedita del alma se pierde si no se da».
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domingo, 13 de marzo de 2011

Rito de admisión de Diáconos Permenentes en la Archidiócesis de Sevilla


El próximo 15 de marzo se celebrará en la capilla del Arzobispado de Sevilla una Eucaristía en el curso de la cual se procederá al rito de admisión al Diaconado permanente. La Eucaristía será presidida por el arzobispo, mons. Juan José Asenjo Pelegrina, y comenzará a las ocho de la tarde.

Los aspirantes al diaconado permanente son José Cano Espinosa, de la Parroquia de Ntra. Sra. de la Estrella, en Coria del Río; Fulgencio Casado Caro, de la del Ave María y S. Luís, en Dos Hermanas; Fernando Cía Sánchez, de la Parroquia de la Ascensión del Señor, en Sevilla-Este; Enrique González Martínez, del Divino Salvador, en Sevilla; José María Pérez Sánchez, de la Inmaculada Concepción, en Alcalá de Guadaíra; e Hilario Roldán Guerra, de la de Santa María del Alcor, en Viso del Alcor.
Rito de admisión
El rito de admisión de candidatos al Diaconado Permanente se celebra cuando se haya apreciado que el propósito de los aspirantes, mantenido durante el tiempo de discernimiento establecido por la Iglesia, ha alcanzado un grado razonable de madurez. En dicho tiempo han intervenido en ayuda del aspirante su esposa, su párroco y comunidad parroquial, su tutor y la Comisión Diocesana para el Diaconado. Por este rito el aspirante al Diaconado solicita de la Iglesia, representada por el obispo, poder iniciar el itinerario de formación teológica, espiritual y pastoral requerido para recibir en su día el Orden Diaconal.

Requisitos para ser Diácono permanente
El diácono permanente es un hombre cristiano, casado, que por el sacramento del Orden queda constituido en servidor de la Iglesia y de los hombres, sus hermanos. Es un hombre que trata de ser, por esta ordenación diaconal, un signo vivo y testimonio de Cristo Servidor. Actualmente hay 53 diáconos permanentes en Sevilla. La mitad trabaja en Sevilla capital y barrios periféricos, y el resto en diversas localidades de la provincia.

Para ser diácono permanente hay que cumplir una serie de requisitos. Según indica José María Estudillo, responsable de la Comisión Diocesana para la Formación de Aspirantes al Diaconado Permanente y los Ministerios Laicales, "básicamente ha de ser un hombre casado, entre los 35 y 56 años de edad, y con cinco años al menos de matrimonio estable. Puede provenir de todos los ambientes sociales, ejercer cualquier actividad laboral o profesional y, como norma general, tener garantizado un sostén vital digno para él y su familia. Igualmente ha de haber dado testimonio cristiano evidente en su vida familiar y educación de los hijos, en su vida laboral, social y eclesial".
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lunes, 7 de febrero de 2011

Encuentro del Sr. Arzobispo de Sevilla con su Comunidad Diaconal


PRIORIDADES PARA LA COMUNIDAD DIACONAL

La Comunidad Diaconal de la diócesis de Sevilla nos reunimos en el Colegio San Antonio María Claret, el sábado, día 29 de enero de 2011, para compartir un encuentro de espiritualidad. Y como es habitual en estos tipos de encuentros, la llegada suele ser de forma escalonada. Según iban avanzando los minutos, en una mañana limpia y transparente, pero muy fría, los corazones de todos los que íban llegando comenzaban a rugir como los motores de fórmula 1. En dicho encuentro tuvimos la oportunidad de reflexionar, orar y comunicar nuestras inquietudes, en un clima de fraternidad.

Una vez acomodados todos los asistentes, con sus esposas, (también estuvo presente un bebé, de no más de un año, en un carro-capota bien protegido del frío exterior, nieto de un hermano diácono) el párroco del Claret, Don José Márquez, cuyo templo es un anexo al mastodóntico colegio, nos ofreció unas palabras de acogidas, poniendo el acento en la importancia de este encuentro diaconal, y de pasada nos transmitió cómo debemos vivir, transmitir e iluminar los diáconos a la comunidad que nos rodea, para mejorar las relaciones humanas y cristianas.

Posteriormente, creo que en un ambiente relajado, nuestro señor Arzobispo, don Juan José Asenjo Peregrina, que presidía aquel foro, junto con el delegado del clero, don Antonio Bueno Ávila y nuestro entrañable hermano en el diaconado Andrés Cebrino, inició con toda claridad y sencillez un tema importantísimo cuyo titulo de la exposición fue “Plan Pastoral, prioridades y acentos en el curso 2010-2011”. Dicha exposición constaba de cuatro prioridades básicas.

La primera de ellas tenía como título “La parroquia, casa de los jóvenes”, donde clarificaba que la meta de dicha prioridad es la potenciación de la pastoral juvenil en cada una de nuestras parroquias, coincidiendo con la Jornada Mundial de la Juventud.

La segunda prioridad, añadió el señor Arzobispo, será “La parroquia, ámbito privilegiado para la formación de adultos”, donde todo debemos ser conscientes de que hoy más que nunca necesitamos laicos bien formados, que puedan dar razón de su fe y de su esperanza.

A la anterior prioridad, don Juan José Asenjo añadió una tercera, la denominada “La parroquia, hogar de caridad fraternidad”, puntualizando de que el curso pastoral que ahora iniciamos va a seguir estando marcado, por desgracia, por la crisis económica. Por ello me detengo, añadió, con alguna extensión en este punto. Los cientos de familias que sufren estas consecuencias es una verdadera emergencia social, pues cada vez es más sombrío el futuro de los inmigrantes, de los jóvenes y de miles de matrimonios y familias.

Y a todas estas importantísimas, y de gran envergadura, prioridades, nuestro señor Arzobispo, sensible a todas ellas, añadió una cuarta, que la tituló “La parroquia, mesa en la que compartimos el pan de la Palabra y el pan de la Eucaristía”. Expuso que la vida de la Iglesia y de sus miembros va creciendo gracias al alimento que, como sarmientos, recibimos de la vid que es Cristo. Siguió diciendo nuestro Arzobispo, que el Papa nos pedía conocer, amar y contemplar el rostro eucarístico del Señor, impregnándonos de sus actitudes eucarísticas, del modo de ser de Cristo en la Eucaristía y que pasa de El a nosotros cuando celebramos y adoramos el misterio de nuestra fe.

Finalizo su magnífica y profunda exposición señalando que las cuatro prioridades deberán reclamar la atención de los sacerdotes y religiosos que trabajan en nuestra Archidiócesis y de los laicos, cualesquiera que sean los grupos o movimientos a los que pertenecen. Y las mencionada prioridades, observó, han de ser completadas con las correspondientes acciones por las Delegaciones diocesanas más concernidas.

Y todas las prioridades expuestas tan claramente, las puso bajo la protección maternal de la Santísima Virgen, tan querida y venerada en imnumerables santuarios y ermitas de toda la geografía diocesana, ponemos el curso pastoral que estamos iniciando.

Hubo diversas intervenciones, interesantes todas ellas, a las cuales el señor Arzobispo fue contestando y argumentando con la máxima claridad posible. Personalmente las palabras dichas por nuestro Pastor me llevó a una reflexión serena, como la marcada en el documento conciliar G.S. donde se nos dice que “es necesario conocer y comprender el mundo en que vivimos y sus esperanzas, sus aspiraciones, su modo de ser, frecuentemente dramático”. Ciertamente, a este planteamiento conciliar se unió virtualmente nuestro señor Arzobispo con su conferencia. Sigo pensando que los signos de los tiempos actuales no solo requieren testimonios personales sino también comunitarios. A nosotros los diáconos, como parte del pueblo de Dios, se nos exige un ejercicio de corresponsabilidad ante la sociedad actual.

Después de la conferencia, hubo unos minutos de descanso, que se aprovechó para formar esas tertulias extras en los pasillos de aquellos fríos corredores, minutos donde se aprovechó para compartír momentos gratos.

Después de la Eucaristía, formando una sola familia, y pidiendo la paz de Jesucristo para todos, nos dirigimos a un salón adyacente, espacioso y luminoso, donde saboreamos unos ágapes que con tanto cariño había preparado la comunidad parroquial.

En definitiva, fue un gratificante encuentro, que al final nos fuimos todos rebosantes de alegría, pero con “sed de más”, con penas de acabarse tan pronto. Y con ese buen sabor de boca, seguramente que la mayoría nos fuimos recordando que de nuestra Santa Madre Iglesia, por su misma naturaleza misionera, somos ministros y por tanto misionero de la Iglesia Universal. ¡Qué buen regalo de Dios¡…

Alberto Álvarez Pérez
Diácono de la diócesis de Sevilla (España)
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viernes, 4 de febrero de 2011

Celebración de la festividad de San Vicente Mártir


San Vicente Mártir es el patrón de la feligresía del barrio de su mismo nombre, cuya parroquia está ubicada en pleno casco antiguo de la ciudad de Sevilla, rodeada de conventos, colegios religiosos y muchas hermandades y cofradías.

Cada 22 de enero, la feligresía de esta ciudad del Guadalquivir tiene la posibilidad de celebrar el memorial del martirio del diácono Vicente. Y el mencionado día, la mayor parte de este colectivo diaconal nos presentamos en la parroquia como si fuese una peregrinación jubilosa sabiendo que aquel encuentro sería como una invitación a sumergirnos y difrutar de ese momento personal con el santo.

La tarde-noche del día 22 fué especialmente alegre, a pesar del frío intenso. El párroco, don Pedro Arenal Macarro, en colaboración presbiterial con el Delegado para el Clero, que felizmente nos acompañaba, Don Antonio Bueno Avila, se celebró una participativa eucaristía, con la asistencia de gran número de diáconos.

El párroco recalcó en la homilía sobre el tema del servicio diaconal, dispuestos a servir, olvidando el protagonismo, en medio de esta sociedad nada fácil.

La celebración Eucaristica concluyó con una Salve a María Santísima, implorándole que cada año siga aumentando el número de vocaciones, tambien de diáconos, para poder dedicarse más al servicio de los más desfavorecidos de este mundo y poder seguir las palabras de Jesús que encomendó la tarea de difundir el evangelio.

Posteriormente nos trasladamos casi todos, al igual que gran número de feligreses, a la sacristía donde se habilitó un ugar apropiado para compartir un sabroso ágape lleno, sobre todo, de gran hermandad.

Alberto Álvarez Pérez
Diácono de la diocesis de Sevilla (España)
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domingo, 19 de diciembre de 2010

En el Ministerio de la Palabra


Comienzan su ministerio en el ejercicio de la Palabra los neo-diaconos que recientemente se han ordenados en la diócesis de Sevilla. Pronto se han puesto a servir. El tiempo es oro. Y subiendo de tono, porque la Caridad es urgente, según la Enciclica Novo Millennio Ineunte de Juan Pablo II. El Señor con nosotros lo demanda a sus Varones de la Caridad. Y ellos con su alta vocación de servicio, se ven embargados en su disponibilidad.

Nos dice Su Santidad, Benedicto XVI, en su exhortación apostólica Verbum Domini, n.81 que en reflexión a los Diáconos Permanentes.... "en esta perspectiva, se entiende cómo, en las diversas dimensiones del ministerio diaconal, un «elemento que distingue la espiritualidad diaconal es la Palabra de Dios, de la que el diácono está llamado a ser mensajero cualificado, creyendo lo que proclama, enseñando lo que cree, viviendo lo que enseña»".

Me arde el corazón de alegría. Tengo un fuego interior inmenso....manifestaba en su Acción de Gracias al Señor, el Rvdo. Don Manuel Luis Góngora García, a su Comunidad Parroquial de San Antonio María Claret de Sevilla, desde el corazón del Adviento, en el domingo IV.

El Señor bendice su Iglesia trayendo servidores a su Viña. ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! (Lc. 13,35)
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viernes, 3 de diciembre de 2010

SIETE NUEVOS DIÁCONOS SERAN ORDENADOS EN LA DIOCESIS DE SEVILLA




Monseñor don Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla, presidirá el próximo día 6 de diciembre, en la S.M.P.I Catedral de Sevilla, la celebración de la ordenación de siete nuevos Diáconos Permanentes, en las personas de Manuel Luis Góngora Garcia, Antonio Cepeda Ostos, Francisco Galvez Acedo, Jose Antonio Lizana Romero, Antonio Rivera Camacho, Francisco Gutierrez Sanchez y Gabriel Jurado Muñoz; todos ellos casados y padres de familia. Estos siete nuevos diáconos permanentes han realizado un extenso proceso de formación en los aspectos humano, intelectual, teológico y pastoral de más de cinco años.

Con enorme alegría, proximanente la diocesis hispalense llegará a contar con 53 Varones de la Caridad. Con un porcentaje muy equilibrado de presencia diaconal, con un 52% en la capital y 48% en la provincia.

El Señor sigue bendiciendo esta alta vocación, llamando a Servidores a su mies.

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sábado, 20 de febrero de 2010

Encuentro de la Comunidad Diaconal de Sevilla con su Arzobispo

El pasado día 6 de febrero último, un gran número de compañeros de nuestra comunidad diaconal, con sus esposas, y un grupo de sacerdotes, tuvimos un grato y feliz encuentro con nuestro Arzobispo don Juan José Asenjo Pelegrina, en el incomparable templo gótico donde está ubicado el protomártir San Esteban.

Aquella mañana fría, aunque luminosa, estaba el cielo deslumbrante, con un azulado intenso Hasta la hora prevista fueron llegando compañeros, ligeros en equipajes. El programa previsto era simple pero intenso: charla del señor Arzobispo, quien destacó en su intervención la importancia del diácono a través de su historia, dejando bien claro donde estaba hoy en día y hacia donde debería caminar. También hizo hincapié, a lo largo de su magnífica e interesante intervención, en la importancia de la Eucaristía y recomendaba que ejercitáramos con mucha frecuencia la visita a los lugares adecuados, haciéndolo con gran silencio de los labios, de la mirada y del interior para escuchar mejor a Dios, finalizando su charla dándole gran importancia a la transmisión de la fe a través del testimonio diaconal, partiendo desde la familia, hasta los entornos parroquiales. Posteriormente, a la terminación de la exposición del señor Arzobispo, hubo un tiempo para la dimensión aclaratoria de algunos asistentes, a cuyas ideas las respuestas de don Juan José Asenjo fueron sinceras y en el fondo aplaudidas.

Hubo unos minutos de relajamientos entre todos los presentes, pasados los cuales se inició la celebración de la Eucaristía, muy solemne y participativa. También en la homilía nuestro señor Arzobispo recordó que nuestra sociedad no necesita de personas especiales, sino servidores; personas que con su testimonio hagan presente a Jesucristo. Una vez terminada la santa Misa, nos trasladamos a la casa Hermandad de San Esteban, con quienes nos unen una gran amistad y donde nos ofrecieron un estupendo ágape, preparados con gran esmero y cariño por muchos miembros de dicha hermandad.

Por buscar un resumen de aquel encuentro, podríamos decir que el objetivo era para conocernos aún más esta gran familia diaconal, con sus esposas, y nuestro Pastor y podríamos decir que todo se cuido al máximo detalle, dentro de un clima de cordialidad y con gran espíritu cristiano y diaconal.

Todo finalizo haciéndole una entrega al señor arzobispo de una pequeña figura en terracota, representando a San Esteban. Nuestro Pastor, don Juan Jose Asenjo, agradeció vivamente aquel gesto cariñoso y valoró, ya de paso, muy positivamente aquel encuentro. Y nosotros todos, fieles testigos de aquel encuentro, nos contagiamos de aquella amabilidad, comprensión, cercanía y cariño con que siempre nos trató.

Personalmente termino con aquella reflexión que transmitió el Cardenal Hunmmers (Prefecto de la congregación para el Clero) a los diáconos permanentes en la fiesta de San Lorenzo: "Que Dios os bendiga con todo su amor y os haga felices en vuestra vocación y misión. Saludos con respeto y admiración a las esposas y a los hijos de quienes sois esposos y padres. A todos la iglesia os da las gracias por la multiforme colaboración que prestan al ministerio diaconal". En definitiva, jornada muy memorable. Vamos, para enmarcar.

Alberto Álvarez Pérez
Diácono de la diócesis de Sevilla
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martes, 5 de enero de 2010

SAN ESTEBAN. DIACONO Y PROTOMARTIR


-Crónica breve de un fraternal encuentro en la diócesis de Sevilla-

Como todos los días 26 de diciembre de cada año, festividad de San Esteban, Diácono y protomartir, la Comunidad Diaconal de la diócesis de Sevilla, fuimos invitados a participar en una solemne misa en rito hispano-mozárabe, donde hubo una grande y sentida participación; ceremonia llena de intensa espiritualidad y también repleta de originalidad en su contexto litúrgico.

En la homilía, ofrecida brillantemente por el querido Rector de la Iglesia de San Esteban de Sevilla, reverendo don José Robles Gómez, nos hizo reflexionar a todos los presentes sobre el tiempo navideño, y dentro de este período por la caridad como una apuesta por la vida. Nos recordó las palabras de Juan Pablo II en la Evangelium vitae que “en cada comunidad cristiana, con iniciativas extraordinarias y con la oración habitual, se eleve una súplica apasionada a Dios, creador y amante de la vida”. Aquellas palabras nos hicieron, creo que sobre todo a los diáconos presentes, identificarnos con más fuerza con Jesucristo.

Como reflexión personal, puedo decir con toda claridad, sin caer en la fría pedantería, que cada vez que cavo en el terreno de la diaconía, sale la riqueza como si fuese una mina de oro; pero naturalmente para que esta riqueza pueda seguir creciendo de forma continuada hace falta mucho agua, y sin lugar a dudas la mejor fuente está en Jesucristo.

Aquel encuentro fraternal, formando una piña entre fieles y diáconos, finalizó con un sabroso ágape, ofrecido por la Hermandad que lleva el mismo nombre del santo mártir, mientras en el exterior del local eclesial se mantenía un intenso frío invernal.

Estas líneas las deseo terminar con alegría, manifestando aquello de que “el Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace recostar. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque su vara y su cayado me sostienen”. En definitiva, pasamos una feliz jornada.

ALBERTO ÁLVAREZ PÉREZ
Diácono de la P. de San Vicente de Sevilla
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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ordenación de tres nuevos Diáconos Permanentes en la Archidiócesis de Sevilla

Monseñor don Juan José Asenjo Peregrina presidió el pasado día 6 de noviembre, en la S.M.P.I Catedral de Sevilla, la celebración de la ordenación de tres nuevos Diáconos Permanentes, en las personas de Alberto Álvarez Pérez, Joaquín Díaz García y Antonio Herrera Ortiz; todos ellos casados y padres de familia. Estos tres nuevos diáconos permanentes han realizado un extenso proceso de formación en los aspectos humano, intelectual, teológico y pastoral de más de cinco años. Al final de la celebración, monseñor Asenjo tuvo unas palabras muy cercanas y amables hacia los nuevos diáconos y sus familiares, reconociendo que había sido todo un honor ordenar a dichos diáconos en los primeros momentos de su incorporación a la Archidiócesis de Sevilla como Pastor.

De los Diáconos Permanentes, servidores de la Iglesia y de la comunidad, se posee pocos conocimientos de sus actividades Se sabe que tienen sus raíces en los tiempos apostólicos donde se adquirió un significado más definido y técnico y en los Hechos de los Apóstoles (6,1-6) se describe la institución inicial del oficio de diácono. En 1981, el cardenal Bueno Monreal, siguiendo el espíritu y las decisiones del Concilio Vaticano II, acordó restaurar en Sevilla la figura del Diácono Permanente. Actualmente en nuestra diócesis existe 46 Diáconos Permanente que están ejerciendo su ministerio en tareas parroquiales y diocesanas, y 17 aspirantes en períodos de formación.

Al candidato para el diaconado permanente se le marcan unos programas intensos de formación debiendo ser, entre otras circunstancias, un cristiano comprometido, tener vocación y formación teológica y espiritual, los cuales se adquieren a través de muchos años de convivencia; volcando especialmente su compromiso entre los más pobres y excluidos de la sociedad. En cierta ocasión escribió el cardenal don Carlos Amigo que “el diácono permanente es ese cristiano identificado como Jesucristo y que como consagrado administra los signos del amor de Cristo”.

Podríamos decir, que el perfil del Diácono Permanente tiene clara conciencia de vivir en el mundo entre los hombres, coherencia visible entre su vida de fe y su comportamiento social, desempeñando sobre todo su labor en parroquias y en todos los sectores pastorales de la diócesis. Como expondría el cardenal Hummers, Prefecto de la Congregación para el Clero “No se entendería un diácono que no se comportase en primera persona en la caridad y en la solidaridad hacia los más pobres que, de nuevo, hoy se multiplican”. El Señor y la sociedad quieren y necesitan contar con todos ellos.

Alberto Álvarez Pérez
Diácono Permanente.
Sevilla.
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