
Vivimos unos momento en los que parece primar más el individualismo, el sálvese quien pueda, el que cada uno se interese solo por lo que le compete, que se resuelvan los asuntos de los más cercanos sin pensar en los que nos caen más lejos. En momentos así conviene tener en cuenta lo que nos dice la Iglesia a través de su Doctrina Social: trabajar por el bien común
¿Qué es el bien común?
La Constitución Gaudium et spes nos lo define como «el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección»
La Constitución Gaudium et spes nos lo define como «el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección»
Una sociedad que, en todos sus niveles, dirá Juan XXIII en Pacem in Terris, quiere positivamente estar al servicio del ser humano es aquella que se propone como meta prioritaria el bien común, en cuanto bien de todos los hombres y de todo el hombre. La persona no puede encontrar realización sólo en sí misma, es decir, prescindir de su ser «con» y «para» los demás. Esta verdad le impone no una simple convivencia en los diversos niveles de la vida social y relacional, sino también la búsqueda incesante, de manera práctica y no sólo ideal, del bien, es decir, del sentido y de la verdad que se encuentran en las formas de vida social existentes. Ninguna forma expresiva de la sociabilidad –desde la familia, pasando por el grupo social intermedio, la asociación, la empresa de carácter económico, la ciudad, la región, el Estado, hasta la misma comunidad de los pueblos y de las Naciones– puede eludir la cuestión acerca del propio bien común, que es constitutivo de su significado y auténtica razón de ser de su misma subsistencia.
El bien común se concreta en tres fines:
1.- El respeto a la persona, a toda persona. Es un principio básico en la Doctrina Social de la Iglesia: la dignidad de la persona humana. Todos hemos sido creados a imagen de Dios y todos hemos sido redimidos por Jesucristo. «Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús», dirá el apóstol San Pablo.
2.- El bien común exige el bienestar social y el desarrollo de todos. Todos los seres humanos deben tener garantizadas las condiciones materiales para su desarrollo personal.
3.- El bien común implica la paz, la estabilidad y la seguridad de un orden justo.
¿Quién debe lograr el bien común?
Es tarea de todos. En primer lugar, de cada uno de nosotros. La persona no puede encontrar su realización en ella misma, es decir, es un ser destinado a vivir con y para los demás y por ello debe tener una búsqueda incesante del bien para ella y para el resto de la comunidad humana.
Es tarea de todos. En primer lugar, de cada uno de nosotros. La persona no puede encontrar su realización en ella misma, es decir, es un ser destinado a vivir con y para los demás y por ello debe tener una búsqueda incesante del bien para ella y para el resto de la comunidad humana.
Debe ser construido en un sano pluralismo social. Las personas, las familias, los grupos deben esforzarse en vivir de tal manera que en su seno cada uno pueda desarrollar su propia autonomía e identidad. A esto se puede llegar superando entre otras cosas, el individualismo, el egoísmo, la soberbia y desarrollando actitudes de responsabilidad, solidaridad y servicio.
Les atañe a los políticos, "la persona concreta, la familia, los cuerpos intermedios no están en condiciones de alcanzar por sí mismos su pleno desarrollo; de ahí deriva la necesidad de las instituciones políticas, cuya finalidad es hacer accesibles a las personas los bienes necesarios –materiales, culturales, morales, espirituales – para gozar de una vida auténticamente humana. El fin de la vida social es el bien común históricamente realizable" (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia).
¿Qué debe conseguir este trabajo por el bien común?
Resumiendo lo que han dicho sobre esto los últimos papas, podríamos decir:
– Procurar un trabajo digno para todas las personas en edad de trabajar.
– Evitar que haya grupos sociales que gocen de privilegios exclusivos.
– Mantener una adecuada proporción entre salarios y precios.
– Hacer posible que todos tengan acceso a agua, sanidad, educación... y demás bienes que le permitan un desarrollo integral.
– Procurar que todo el mundo tenga acceso a una vivienda.
– Que en todos los logros que se consigan se tenga en cuenta a las generaciones futuras que no deben ver mermadas sus oportunidades de un desarrollo integral
– Cada persona pueda practicar su propia religión sin sufrir ningún tipo de persecución.
– Procurar un trabajo digno para todas las personas en edad de trabajar.
– Evitar que haya grupos sociales que gocen de privilegios exclusivos.
– Mantener una adecuada proporción entre salarios y precios.
– Hacer posible que todos tengan acceso a agua, sanidad, educación... y demás bienes que le permitan un desarrollo integral.
– Procurar que todo el mundo tenga acceso a una vivienda.
– Que en todos los logros que se consigan se tenga en cuenta a las generaciones futuras que no deben ver mermadas sus oportunidades de un desarrollo integral
– Cada persona pueda practicar su propia religión sin sufrir ningún tipo de persecución.
En definitiva, que los derechos humanos sean respetados y promocionados.
Para el plano internacional, las recomendaciones son las siguientes:
• Evitar toda forma de competencia desleal entre las economías de distintos países.
• Favorecer la colaboración entre las economías nacionales, mediante convenios eficaces.
• Cooperar al desarrollo económico de las comunidades políticas menos adelantadas.
Para el plano internacional, las recomendaciones son las siguientes:
• Evitar toda forma de competencia desleal entre las economías de distintos países.
• Favorecer la colaboración entre las economías nacionales, mediante convenios eficaces.
• Cooperar al desarrollo económico de las comunidades políticas menos adelantadas.
Delegación diocesana de Orientación Social.
Archidiócesis de Sevilla