
Que Dios esté en mi cabeza y en mi razón;
que Dios esté en mis ojos y en mi mirada;
que Dios esté en mi boca y en mis palabras;
que Dios esté en mi corazón y en mi pensamiento;
que Dios esté en mi, cuando llegue mi fin
y el momento de mi partida.
Amén.
Bendición del siglo XV