
VENCER LA TENTACIÓN
Mateo 4:1-11
Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo le pusiera a prueba. Pasó cuarenta días y cuarenta noches sin comer, y después sintió hambre. Se acercó el diablo a Jesús para ponerle a prueba, y le dijo: –Si de veras eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes. Pero Jesús le contestó: –La Escritura dice: ‘No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que salga de los labios de Dios.
’Luego el diablo lo llevó a la santa ciudad de Jerusalén, lo subió al alero del templo y le dijo: –Si de veras eres Hijo de Dios, échate abajo, porque la Escritura dice: ‘Dios mandará a sus ángeles que te cuiden. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con ninguna piedra.’ Jesús le contestó: –También dice la Escritura: ‘No pongas a prueba al Señor tu Dios.’
Finalmente el diablo le llevó a un monte muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y su grandeza le dijo: –Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras. Jesús le contestó: –Vete, Satanás, porque la Escritura dice: ‘Adora al Señor tu Dios y sírvele solo a él.’ Entonces el diablo se apartó, y unos ángeles acudieron a servirle.
Otras lecturas: Génesis 2:7-9, 3:1-7; Salmo 51:1-4, 10-12, 15; Romanos 5:12-19
LECTIO:Los acontecimientos que hoy leemos tuvieron lugar a comienzos del ministerio de Jesús y se desarrollaron según los planes de Dios, tal como nos dice el versículo 1.
El Espíritu Santo conduce a Jesús en su misión divina hasta el desierto. Permanece allí durante cuarenta días y ayuna durante todo ese tiempo. En el Antiguo Testamento, ‘cuarenta’ es un número significativo y hace referencia a un tiempo de preparación.
Recuerda cómo Moisés ayunó durante cuarenta días en el monte Sinaí (Éxodo 34:28), o los cuarenta años que pasaron los israelitas en el desierto antes de entrar en la Tierra Prometida (Deuteronomio 8:2-3, 29:5-6).
Mateo solamente menciona tres tentaciones concretas. En la primera, el Diablo tienta a Jesús para que utilice sus poderes sobrenaturales a fin de satisfacer sus propias necesidades físicas. Jesús le rechaza, identificándose con nosotros: necesitamos algo más que la sola comida material. Las implicaciones son más que evidentes: también necesitamos el ‘alimento espiritual’ que procede de Dios.
A continuación, el Diablo tienta a Jesús para que demuestre su naturaleza divina tirándose desde lo alto del templo para que Dios envíe a sus ángeles a rescatarlo.
Por último, se ofrece a entregarle a Jesús el poder sobre las naciones si le adora. Es cierto que Jesús ha venido a salvar a su pueblo del poder del Diablo, pero no de aquella manera.
Los tres ejemplos ilustran el núcleo de cualquier tentación: el deseo de dejar de lado a Dios, de considerarle como algo secundario y superfluo, de apoyarse tan sólo en la propia fuerza para arreglar el mundo sin Dios.
Aun cuando recurra a la Escritura misma (Salmo 91:11-12), los astutos engaños del Diablo no engañan a Jesús, que rechaza cada tentación usando también la Escritura: las citas son, sucesivamente, de Deuteronomio 8:3, 6:16 y 6:13.La interpretación legítima de un pasaje de la Escritura debe ser coherente con el resto de la misma.
La esencia de toda tentación consiste en ofrecer una alternativa atrayente frente a la manera en que Dios hace las cosas. Y esto vale tanto para Jesús como para nosotros.
MEDITATIO:
■ ¿Qué le ayudó a Jesús a vencer las tentaciones? ¿Qué lecciones podemos aprender que nos ayuden a vencer las tentaciones con las que nos enfrentamos?
■ ¿Qué crees que quiere decir Jesús cuando cita el Deuteronomio 8:3 en el versículo 4? ¿Consideras la palabra de Dios como parte esencial de tu alimento cotidiano? ¿De qué manera dejas que te nutra la palabra de Dios?
■ ¿A qué tentaciones tienes que enfrentarte en tu vida diaria?
ORATIO:
‘Oh Dios, ¡pon en mí un corazón limpio!, ¡dame un espíritu nuevo y fiel! Hazme sentir de nuevo el gozo de tu salvación; Sostenme con tu espíritu generoso.’ Salmo 51:10, 12
El Salmo 51 nos ofrece una manera de presentarnos a Dios con arrepentimiento para pedirle perdón. Lee el salmo entero y deja que tu oración llegue hasta Dios.
CONTEMPLATIO:
Al comenzar este periodo de cuaresma, dirigimos nuestras miradas hacia la victoria de Jesús en la cruz frente al pecado para que podamos disfrutar de la salvación. Medita estas palabras admirables de Romanos 5:15-17: ‘…pero el don que hemos recibido gratuitamente de Dios…es mucho mayor… aquellos a quienes Dios, en su gran bondad y gratuitamente, hace justos reinarán en la nueva vida por medio de un solo hombre: Jesucristo.’