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sábado, 30 de abril de 2011

LA MISiÓN DEL DIÁCONO PERMANENTE EN LA DIÓCESIS DE TENERIFE



Las funciones de los Diáconos vienen determinadas por la Tradición Eclesial y están recogidas por el Concilio Vaticano II (LG 29) Y por el Motu Propio "Sacrum Diaconatus Ordinem" (nn. 22 al 24). También el Código de Derecho Canónico recoge en varios cánones la normativa vigente de la Iglesia en cuanto a las funciones y misión del Diácono (cns. 757,861,943,1108, …).


De esta doctrina se desprende que los Diáconos se insertarán en la vida diocesana y en el ámbito de una pastoral orgánica y de conjunto. Así, en comunión con el Obispo y el Presbiterio, se abre para ellos una inmensa gama de posibilidades, en las cuales podrá realizarse el ministerio diaconal. Éstas encontrarán su verificación en parroquias, en quehaceres arciprestales, en comunidades cristianas sin Presbítero, en medio de un mundo secularizado. Se les podrá encomendar, entre otras, las siguientes funciones:


En el Ministerio de la Palabra.
- Proclamar la Palabra de Dios a los fieles.
- Instruir y exhortar al Pueblo de Dios.
- Estar presente en el diálogo fe-cultura.
- Colaborar en las Escuelas de Agentes de Pastoral y de formación de la Diócesis. Denunciar las situaciones inhumanas.
- Preparar adecuadamente la homilía.



De esta manera, colabora en la evangelización, ayuda a los hombres en el camino hacia la fe y fomenta la transformación y renovación del hombre, de las estructuras y de la cultura.


En el Ministerio Litúrgico.
- Asistir al Obispo y al Presbítero en la liturgia.
- Administrar el Sacramento del Bautismo.
- Conservar, cuidar y administrar la Eucaristía.
- Asistir y bendecir a los Matrimonios.
- Presidir el Culto y la Oración de los Fieles.
- Presidir los funerales y sepelios.
- Preparar los equipos de animación litúrgica.
- Cuidar los ministerios de lector, acólito y el de ministro extraordinario de la comunión.
- Fomentar la oración en la comunidad.


De este modo, propicia la renovación litúrgica de las comunidades cristianas y contribuye a que los fieles se reúnan, alaben al Señor, participen de la Eucaristía, reciban el Cuerpo y la Sangre del Señor y dirijan su oración a Él.


En el Ministerio de la Caridad.
- Dirigir y colaborar en trabajos de caridad, de administración eclesial, de ayuda y promoción social.
- Atender las necesidades de los ancianos, abandonados, presos, enfermos, emigrantes, toxicómanos, ...
- Estar atentos a las nuevas pobrezas.
- Mantener viva y en tensión la caridad de la comunidad cristiana y su expresión: Cáritas.
- Preocuparse por la pastoral matrimonial y familiar.


De este modo, el Diácono cumple con una función que le es propia: ofrecer un servicio amoroso, desprendido y gratuito a los pobres y necesitados, en los que descubre y sirve al mismo Cristo. Pone de manifiesto la vinculación que existe entre la mesa del Cuerpo de Cristo y la mesa de los pobres.


4. Guía legítimamente en nombre del Párroco o del Obispo las comunidades cristianas sin presencia permanente de Presbítero.
Juan Pablo II enseña que es una función de suplencia la que el Diácono desempeña por mandato eclesial cuando se trata de salir al paso de la escasez de sacerdotes. Pero esta suplencia, que no puede nunca convertirse en una completa sustitución, recuerda a las comunidades privadas de sacerdotes, la urgencia de orar por las vocaciones sacerdotales. (Funciones del Diácono, 13-X-93). En estas comunidades, el Diácono realiza sus funciones en comunión eclesial y dentro de una pastoral de conjunto.


Entre ellas, serían prioritarias:
- Preocuparse por los pobres, ancianos, enfermos...
- Ayudar a quienes no estén suficientemente evangelizados a adherirse explícitamente, por la fe, a Cristo que vive en su Iglesia.
- Ayudar a la comunidad a que asuma su responsabilidad evangelizadora y misionera.
- Animar los movimientos apostólicos y a los laicos cristianos presentes en la vida pública.
- Proclamar la Palabra de Dios.
- Convocar y presidir la oración de la comunidad cristiana.
- Distribuir la Comunión a los que acuden al templo y a los enfermos.
- Ayudar a todos a insertarse y participar en la vida y misión de la comunidad cristiana desde el don y carismas recibidos.
- Responsabilizarse de la catequesis en todos los niveles y promover catequistas.
- Responsabilizarse del archivo de la parroquia, de los libros sacramentales, de los rituales, del patrimonio histórico-cultural y de la economía.
- Promover la oración por las vocaciones sacerdotales.

5. Presencia en los órganos de comunión y corresponsabilidad de la Iglesia Diocesana.
· Será miembro del Consejo Pastoral Parroquial y de la Junta Económica de la parroquia.
· Será miembro del Consejo Pastoral Arciprestal.
· El Colegio de los Diáconos Permanentes de la Diócesis estará debidamente representado en el Consejo de Pastoral Diocesano.