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domingo, 10 de julio de 2011

Los siete dones del Espíritu Santo

El Espíritu Santo que habita en nosotros, queriendo hacer a nuestra alma manejable, flexible y obediente a sus divinas mociones e inspiraciones celestes, que son las leyes de su amor, en cuya observación consiste la felicidad sobrenatural de esta vida presente, nos da siete propiedades y perfecciones que en la Sagrada Escritura y en los libros de los teólogos son llamados dones del Espíritu Santo.

Ahora bien, estos dones no solamente son inseparables de la caridad, sino que, bien considerados en sí mismos y propiamente hablando, son las principales virtudes, propiedades y cualidades de ella. Porque:

* La sabiduría no es, en realidad, otra cosa que el amor que saborea, gusta y experimenta cuán dulce y suave es Dios;

* el entendimiento es el amor atento a considerar y penetrar la belleza de las verdades de la fe, para conocer por medio de ellas a Dios en Sí mismo, y después, descendiendo de ellas, considerarlo en las criaturas;

* la ciencia, por el contrario, es el mismo amor que nos ayuda y mueve a conocernos a nosotros mismos y a las criaturas, para hacernos subir a un más perfecto conocimiento del servicio que a Dios debemos;

* el consejo es asimismo el amor, en cuanto nos hace cuidadosos, atentos y y hábiles para elegir bien los medios propios para servir a Dios santamente;

* la fortaleza es el amor que alienta y anima el corazón para ejecutar lo que el consejo ha determinado debe ser hecho;

* la piedad es el amor que endulza el trabajo y nos inclina a emplearnos cordial y agradablemente y con filial afecto en las obras que agradan a Dios, nuestro Padre;

* el temor no es otra cosa que el amor en cuando nos hace huir y evitar lo que desagrada a la Majestad divina.


FUENTE: EN LA ESCUELA DEL ESPÍRITU SANTO, Jacques Philippe