
1 - LECTURA
¿Qué dice el texto? La sal y la luz del mundo
»Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para aumentar su calor. Si la sal pierde esa capacidad, ya no sirve para nada, sino para que la tiren a la calle y la gente la pisotee.
14 »Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo.
2 – MEDITACIÓN. ¿Qué me dice hoy a mí, el texto?
· ¿Qué puede significar hoy para mí, en mi vida concreta ser sal para todos los demás?
· ¿Estoy consciente que el Señor me pide ser sal para evitar que el mundo se pudra?
· ¿En qué medida veo podredumbre en el mundo que me rodea? ¿cómo puedo evitar esto?
· ¿Le doy sabor a la vida de los demás? ¿Qué puedo hacer para mejorar en este aspecto?
· ¿Siento cómo Jesús hoy me llama a ser la luz de todos mis hermanos?
· ¿Soy luz para los demás? ¿En qué cosas sí, y en qué cosas me falta crecer para ser luz?
· ¿Me dejo iluminar por Jesús para ser un auténtico discípulo?
· ¿Llevo la luz de Cristo a los demás? ¿Ilumino todas sus situaciones?
· ¿Doy testimonio de discípulo realizando buenas acciones? ¿Cuándo los demás me ven a mí y observan mi vida y mi conducta, alaban a Dios?
3 – ORACIÓN. ¿Qué le digo al Señor a partir del Texto?
Señor Jesús: te damos gracias porque nos ayudas a crecer en la fe.
Tus enseñanzas tan claras nos piden ser sal para evitar que el mundo se pudra.
También nos pides ser luz para que el mundo no viva en tinieblas.
Señor, reconozco que no en todo momento he sido sal y luz para mis hermanos. Te pido que me ayudes a mejorar en mis actitudes y conducta.
Te pido llevar una vida recta para que los demás también puedan creer en Ti, a través de mi testimonio.
Culminamos nuestra oración con el versículo 1 del Salmo 27 (26) Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor!
4 – CONTEMPLACIÓN. ¿Cómo voy a interiorizar el texto?
· Para hacer vida en mi vida este texto voy a repetir varias veces esta frase:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando me siento confundido y sin rumbo:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando veo que aquellos que me rodean están perdidos:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando entiendo que los demás necesitan una palabra de aliento:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando mi testimonio es necesario para que los demás crean:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
5 – ACCIÓN. ¿A qué me comprometo? ¿Qué va a cambiar en mi vida?
Para la acción se puede concentrar en el versículo 16 y pensar en las "buenas acciones".
Si estás solo, piensa cuáles serán las “buenas acciones” que harás esta semana. Y así podrás evaluarte también cómo vas mejorando
Si estás en grupo, especialmente con tu grupo juvenil, hacer alguna cartelera en que nos recuerde buenas acciones de personas que nos ayudan a creer. Poner como ejemplos a aquellos que conocemos en la vida cotidiana o también que conozcamos sus vida (como la Madre Teresa de Calcuta). Y realizar con el grupo una acción concreta que demuestre la bondad que el Señor nos pide (por ejemplo ayudar a una familia que lo necesite, cuidar a algún enfermo, visitar un asilo de huérfanos o de ancianos).
¿Qué dice el texto? La sal y la luz del mundo
»Ustedes son como la sal que se pone en el horno de barro para aumentar su calor. Si la sal pierde esa capacidad, ya no sirve para nada, sino para que la tiren a la calle y la gente la pisotee.
14 »Ustedes son como una luz que ilumina a todos. Son como una ciudad construida en la parte más alta de un cerro y que todos pueden ver. Nadie enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón. Todo lo contrario: la pone en un lugar alto para que alumbre a todos los que están en la casa. De la misma manera, la conducta de ustedes debe ser como una luz que ilumine y muestre cómo se obedece a Dios. Hagan buenas acciones. Así los demás las verán y alabarán a Dios, el Padre de ustedes que está en el cielo.
2 – MEDITACIÓN. ¿Qué me dice hoy a mí, el texto?
· ¿Qué puede significar hoy para mí, en mi vida concreta ser sal para todos los demás?
· ¿Estoy consciente que el Señor me pide ser sal para evitar que el mundo se pudra?
· ¿En qué medida veo podredumbre en el mundo que me rodea? ¿cómo puedo evitar esto?
· ¿Le doy sabor a la vida de los demás? ¿Qué puedo hacer para mejorar en este aspecto?
· ¿Siento cómo Jesús hoy me llama a ser la luz de todos mis hermanos?
· ¿Soy luz para los demás? ¿En qué cosas sí, y en qué cosas me falta crecer para ser luz?
· ¿Me dejo iluminar por Jesús para ser un auténtico discípulo?
· ¿Llevo la luz de Cristo a los demás? ¿Ilumino todas sus situaciones?
· ¿Doy testimonio de discípulo realizando buenas acciones? ¿Cuándo los demás me ven a mí y observan mi vida y mi conducta, alaban a Dios?
3 – ORACIÓN. ¿Qué le digo al Señor a partir del Texto?
Señor Jesús: te damos gracias porque nos ayudas a crecer en la fe.
Tus enseñanzas tan claras nos piden ser sal para evitar que el mundo se pudra.
También nos pides ser luz para que el mundo no viva en tinieblas.
Señor, reconozco que no en todo momento he sido sal y luz para mis hermanos. Te pido que me ayudes a mejorar en mis actitudes y conducta.
Te pido llevar una vida recta para que los demás también puedan creer en Ti, a través de mi testimonio.
Culminamos nuestra oración con el versículo 1 del Salmo 27 (26) Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor!
4 – CONTEMPLACIÓN. ¿Cómo voy a interiorizar el texto?
· Para hacer vida en mi vida este texto voy a repetir varias veces esta frase:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando me siento confundido y sin rumbo:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando veo que aquellos que me rodean están perdidos:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando entiendo que los demás necesitan una palabra de aliento:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
· Cuando mi testimonio es necesario para que los demás crean:
· Jesús, Luz del mundo, ilumina nuestras vidas.
5 – ACCIÓN. ¿A qué me comprometo? ¿Qué va a cambiar en mi vida?
Para la acción se puede concentrar en el versículo 16 y pensar en las "buenas acciones".
Si estás solo, piensa cuáles serán las “buenas acciones” que harás esta semana. Y así podrás evaluarte también cómo vas mejorando
Si estás en grupo, especialmente con tu grupo juvenil, hacer alguna cartelera en que nos recuerde buenas acciones de personas que nos ayudan a creer. Poner como ejemplos a aquellos que conocemos en la vida cotidiana o también que conozcamos sus vida (como la Madre Teresa de Calcuta). Y realizar con el grupo una acción concreta que demuestre la bondad que el Señor nos pide (por ejemplo ayudar a una familia que lo necesite, cuidar a algún enfermo, visitar un asilo de huérfanos o de ancianos).